Las prisas son malas consejeras no cabe duda, pero en los días que corren algo totalmente inevitable. Yo tengo un repertorio de recetas para cocinar en 15 minutos, como esta ensalada rápida y muy fácil que sirve igual para verano o para invierno…. Timbal de ventresca, chirríes y mermelada de tomate.
Eso sí, es necesario contar con una buena despensa, donde nunca falten esos ingredientes que nos pueden sacar de un apuro y convertir en ilustres platos rápidos y sencillos. En este caso una mermelada de tomate, una buena ventresca y unos pistachos.
Llevo unas semanas yendo con prisa a todas partes. Necesito días de 35 horas, y por el momento amanezco y siguen teniendo sólo 24.
El caso, y lo más importante, es que el hecho de ir como un rayo de un lado a otro no me ha traído ninguna consecuencia ni sobresalto, que hubiera sido normal por otra parte.
Mi marido que es otro velocípedo humano, no tiene tanta suerte, y hablando de “pies rápidos” que es la tradución de ese palabro en latín…. os contaré lo que le vino a suceder una de las últimas veces en que trató de llegar en poco tiempo a un montón de cosas.
El 25 de Junio salía de su oficina, como siempre disparado y con prisas, con destino a Madrid para recoger un premio en la Sede de la Presidencia de La Comunidad Autónoma (Antigua Casa de Correos) y a la cena de gala que se celebraba posteriormente. Conducía su coche en tejanos y pisaba el embrague y el acelerador de forma alternativa con los zapatos mas asquerosos que encontró en su armario. Unos viejos naúticos de Sebago.
La razón muy simple. De Madrid partiría al día siguiente al concierto de Bruce Springsteen en Gijón que bajo ningún concepto podía perderse. Manías que tiene uno. Así que vestía la ropa del concierto y llevaba un flamante traje como único equipaje.
Llegó al hotel justo media hora antes del evento. El tráfico de Madrid…!!!
Tenía quince minutos para cambiarse. Camisa, traje, corbata… y zapatos. Zapatos?? Los miró con cara de asombro… a esos zapatos les pasaba algo raro. Los dos miraban para el mismo lado. Si. Eran dos flamantes zapatos negros perfectos para el pie derecho.
Lo que primero pensó fue en calzarse uno de los zapatos derechos en el pie izquierdo, aunque aquello pintaba mal, hubiera estado incluso dispuesto a sufrirlo en silencio, pero fue absolutamente imposible así que desistió en el intento.
Como eran las 20,45 todo estaba cerrado en Madrid. Pero él, conservando la calma (eso es fundamental para pensar) y armado de valor para afrontar la terrible contrariedad, se echó a la calle, trajeado y con aquellos penosos náuticos en busca de una solución. Me imagino la estampa.
Todo parecía perdido cuando un pedazo de Corte Inglés se le apareció a dos manzanas como si fuera una visión. Nunca antes había comprado unos zapatos en tan poco tiempo. A los 8 minutos bajaba como un pincel en el ascensor de la tercera planta (sección de caballero). Y a los 18, recogía el premio y posaba para la prensa sin necesidad de esconder los pies que por otra parte hubiera sido bastante complicado.
Si uno puede resolver semejante papeleta, no os amedrentéis cuando suene el teléfono y se os anuncie la presencia de un compromiso para comer…. que llega en una hora.
La imaginación y como antes decía, una despensa perfectamente diseñada y organizada, es la solución para salir airosa de cualquier imprevisto.
Y si no… qué me decís de este primer plato exquisito que se prepara en un suspiro?
Ingredientes:
– Tomates cherry, mejor de colores.
– Ventresca de bonito.
– Mermelada de tomate.
– Pistachos, almendras, nueces.
– Vinagre balsámico.
– Aove.
-sal.
Preparación:
Lavamos los tomates y los cortamos en pequeñas rodajas. Preparamos un aliño con 3 partes de aceite por una de vinagre balsámico, añadimos sal y los frutos secos picados en un par de minutos con un mortero. Batimos para que coja cuerpo con unas varillas o un tenedor.
Montamos con la ayuda de un aro emplatador una base con las rodajas de los tomates cherry.
Sobre ella colocamos la ventresca y un poco de mermelada de tomate; deliciosa la combinación que descubrí recientemente en un restaurante de Tarragona donde la servían con tomates ecológicos también de colores. Le da un punto dulce y novedoso. Una receta rápida y muy lucida que seguro os va a sacar de algún que otro apuro.