De todos los moldes que invaden mi casa, estos pequeños de tartaleta son los que más suelo usar, ya sea para recetas dulces o para recetas saladas como en éste caso.
Os sabéis la historia esa de la silla que cojea? Consiste en que se le corta alguna pata para nivelar, pero entonces cojea de otra, y se vuelve a rebajar… y así sucesivamente de modo que siempre nos sobra o nos falta pata.
La historia de esta receta es un buen ejemplo de esa típica situación.
Lo de intentar nivelar le pasaba mucho también al marido de mi hermana. Recuerdo que le pasó una vez en Oviedo sentados en un bar de tapas. Acabamos con todo lo que había en la mesa, no sabéis lo bien que se come en Oviedo! pero la botella de vino estaba medio llena. Así que sugirió enseguida que pidiéramos una tabla de queso ya que era “una pena tomar a palo seco un vino tan bueno….”
En el fragor de la tabla de quesos nos quedamos sin vino, y como el queso así sin nada no es lo mismo…. hubo que pedir de nuevo otra botellita. Ya con el vinito en la mesa el queso desapareció rápidamente, así que para acabar el vino nos pedimos unas croquetas. Y así sucesivamente…. No hubo forma de hacer cuadrar sólido con líquido.
Pues bien, el otro día hice unos deliciosos barquitos de masa brisa, para los que utilicé una lámina y media. Era una pena dejar el resto en la nevera….Así que para dar salida a ese resto pensé en hacer unas tartaletas saladas. La escalivada me chifla, me enseño a hacerla una amiga, y cada día me sale mejor.
La decisión de hacer escalivada fue muy acertada. Porque así de la manera más tonta descubrí una forma deliciosa de presentarla. El caso es que con la masa que me quedaba me llegaba para dos tartaletas, así que por pereza a salir de casa, me puse a hacer masa quebrada.
La escalivada la habíamos tomado ya al mediodía como primer plato, y pensé que era un forma estupenda de reutilizarla. Pero de repente me ví con un montón de tartaletas, más de las que necesitiba así que por la tarde me encontré de nuevo asando pimientos y berenjenas.
Como no me quería quedar corta, me acabó sobrando pimento y berenjena asada, pero me parecía que había que poner freno a la espiral y me abstuve de volver a hacer más masa brisa.
Ingredientes:
- 200 g de harina.
- 100 g de mantequilla.
- 1 huevo.
- sal
- 1 Pimiento grande verde.
- 1 Pimiento grande rojo.
- 2 Pimientos amarillos.
- 1 berenjena grande o 2 pequeñas.
- Queso de rulo de cabra.
- Vinagre balsámico.
- Romero.
- Ajo.
- Aove.
- Sal.
Preparación:
En primer lugar hacemos la masa brisa o masa quebrada. Yo la he hecho con Thermomix por comodidad. Añadimos al vaso la harina, la mantequilla fría y en trocitos, el huevo también frío, y la sal y lo mezclamos en velocidad 4/5 hasta que se haya formado la masa.
Retiramos la masa y la envolvemos en film transparente, la dejamos en el frigo mientras se asan las verduras.
Para la escalivada untamos de aceite los pimientos y la berenjena con su piel y los colocamos en horno sobre papel sulfurizado a 180º grados durante 30 minutos. Pasado este tiempo con cuidado sacamos la bandeja y les damos la vuelta. Dejamos otros 30 minutos.
Pelaremos las verduras en frío, y las cortamos en tiras o trozo pequeños. En un bol mezclamos aove con sal y un poco de vinagre balsámico, rociamos la escalivada y reservamos.
Ahora vamos con las tartaletas. Extendemos la masa con ayuda de un rodillo y recortamos tantos círculos como tartaletas vayamos a preparar. Vamos cubriendo los pequeños moldes (no es necesario engrasar) y le colocamos encima algo de peso para que no suban. Yo unos garbanzos que guardo siempre y reutilizo para ese único uso. Mejor si lo hacéis poniendo sobre la masa y debajo de aquellos un poco de papel de horno porque si no se os quedarán incrustados.
Horneamos a 180º hasta que vemos que la masa está semi cocida. Sacamos de horno y una vez se haya enfriado un poco, lo justo para poder manipular las tartaletas, las cubrimos con pequeños trocitos de queso de cabra.
Encima colocamos la escalivada y de nuevo al horno. Será cosa de 15 minutos que estén exquisitas y doradas.
El resultado es impresionante. En casa siempre habíamos tomado la escalivada con rulo de cabra y un toque de anchoa, de la buena ehh!! Le aportaba ese toquecito salado que le hacía falta. Pero en este caso la tartaleta que es un punto salada lo sustituye y le da un toque crujiente ideal!