Lo que me pasó fotografiando esta tarta no me había pasado jamás en la vida. No sabía si reírme o llorar. Bueno ahora que las veo ya en su sitio, este post, me da más por lo primero que por lo segundo.
Tenía ganas de hacer una tarta de chocolate, una tarta espectacular, con un ganache exquisito para repetir un trozo, y luego otro trozo más, sin poder parar.
El relleno impresionante; una crema suave con sabor a violetas y como toque visual unas imponentes margaritas de ese mismo color que tengo en mi jardín.
La tarta lleva su tiempo, no lo voy a negar, aunque dificultad no tiene ninguna siguiendo al pie de la letra las instrucciones y consejos que os voy a dar. Primero hago las cremas; la del relleno y la ganache para cubrir, y por último el bizcocho.
Como estamos casi en junio los días son muy largos, así que me tomé con calma, con mucha calma, el asunto de fotografiarla. Pero olvidé un pequeño, pero importantísimo detalle.
Estas margaritas violetas que veis y que me tienen enamorada a las nueve se van a dormir, y hasta mañana. Las plantas y las flores me encantan, pero estas parecen casi humanas.
Como lo oís! Se empiezan a cerrar poco a poco ya sobre las ocho y media; se ve que les entra el sueño y cuando se pone el sol, una hora después, están completamente cerradas.
Al día siguiente da gusto verlas abiertas de par en par igual que mis ventanas, buscando la luz del día, relucientes. Es un proceso que observo con admiración y curiosidad y que me encanta.
Así que cuando a las ocho ( a hora y media de ponerse el sol ) decidí comenzar ha hacer mis fotos y vi como mis maravillosas margaritas estaban ya a otra cosa mariposa casi me da un soponcio.
Corté algunas, las coloqué en un vaso alto y las cambié de lugar, fuera de la sombra en la que estaban tan cómodamente comenzando a sestear y la puse a pleno sol, en otro rincón. A ver….
Creedme que durante todo el invierno, en que a las cinco y media llega a ser de noche, he librado duras batallas contra la luz, máxime en días de lluvia o tormenta, en que parece que está todo negro, pero nunca hubiera imaginado tener que luchar para hacer fotografías contra….. unas margaritas?? :O
Ingredientes:
– 6 huevos.
– 180º de azúcar.
-180 g de harina especial repostería.
– 2 cucharaditas de café de levadura química.
-Una pizca de sal.
– Aceite o mantequilla para engrasar el molde.
Preparación:
Separamos las claras de las yemas y las batimos a punto de nieve y al final añadimos el azúcar. Agregamos las yemas con cuidado para que no se baje la masa, y por último los ingredientes secos; la harina, ( en varias veces ) la levadura y la sal. Removiendo con cuidado hasta integrar bien.
Engrasamos el molde con un poco de mantequilla o aceite de oliva, y vertemos la mezcla. Lo horneamos durante unos 40 minutos, o hasta que la aguja salga limpia, y lo dejamos enfriar.
Con la ayuda de una lira, que es un accesorio especial para cortar tartas o pasteles con mucha precisión y uniformidad, hacemos las capas que nos apetezca y las rellenamos con la crema.
La receta de la ganache de chocolate y la de la crema del interior de la tarta la tenéis AQUI.
En el segundo caso es la que he llamado “crema de vainilla” pero añadiremos un poco de colorante lila, y en lugar de la esencia de vainilla, un poco de almibar de violeta. Yo he utilizado el de Florlala que son especialistas en flores comestibles y productos derivados de las flores.
Una vez terminada, cubrimos toda la tarta con el ganache de chocolate utilizando una espátula y la decoramos con flores naturales cristalizadas de violeta y margaritas del mismo color.
No os parece una tarta preciosa??