Esta tarta piñata de chocolate y chuches se la preparé a Marta el pasado mes de Junio para su fiesta de cumpleaños y recuerdo perfectamente su cara de decepción ante lo que resultó ser un estrepitoso fracaso de ejecución.
La tarta piñata, como se puede deducir de su nombre, es una tarta que encierra dentro una sorpresa; en este caso gominolas y caramelos. Para conseguirlos no hay más que cascar el chocolate de un buen golpe, la tarta se rompe y se consigue el botín. Pero qué pasa si hace 25 grados de temperatura ambiente? Pues que aquello lejos de romperse se deforma, se abolla, se retuerce y se resiste a colaborar. Eso fue lo que pasó.
Así que tenía clarísimo que mi segundo intento, porque la cosa no iba a quedar así….. sería para más garantías en el mes más frío del año: Febrero, y de paso haría feliz a Mariana en su cumpleaños, que no es mi hija pero como si lo fuera, con el momentazo de pegarle un buen golpe a la tarta piñata y romperla con todas las de la ley.
Así que, esa mañana, me abrigué con una chaqueta gordita de lana y atrincheré en una cocina que logré mantener a 17 grados, abriendo de vez en cuando la ventana, para trabajar el chocolate en condiciones óptimas.
Ingredientes:
– 4 ó 5 tabletas de chocolate 70%. Mínimo 65%.
– Gominolas.
Cómo se hace la tarta piñata de chocolate:
Para hacer esta tarta tan divertida, Lékué tiene un juego de tres moldes de silicona expresamente diseñados para la ocasión. De lo que se trata es de irlos recubriendo en su interior de varias capas, hasta obtener un grosor similar al de los huevos de pascua, y después montar uno sobre otro escondiendo en su interior las golosinas.
– Paso 1: Preparar los moldes.
Normalmente me gusta volver a limpiar los moldes antes de cada uso; aunque ya están limpios siempre pueden tener un poco de polvo. Pues bien, es importante secarlos perfectamente. El agua es enemigo del chocolate. Y si queremos obtener una tarta brillante y con aspecto de escaparate de pastelería, tenemos que cuidar hasta el más mínimo detalle para que nada interfiera en ese proceso y así conseguir nuestro objetivo. Situarnos en una estancia con 20º de temperatura máxima y con una humedad relativa por debajo del 50%.
– Paso 2: Diluir el chocolate al baño María.
Aunque el microondas puede ser muy cómodo, en este asunto lo ideal es utilizar el proceso del baño María. En una cacerola grande y baja vertemos un poco de agua y la ponemos a calentar. Dentro introducimos un bol amplio dentro del cual vamos a comenzar a incorporar el chocolate en trozos. Cuidado de nuevo con el agua, que no nos salpique el interior del recipiente.
Controlaremos la temperatura con un termómetro como el que veis. Cuando llegue a 52º lo sacamos de la cacerola y enfriamos el chocolate ya diluido añadiendo más onzas y removiendo. Esperamos a que baje a unos 27º y entonces volvemos a colocar el bol dentro de la cacerola hasta que alcance los 33º. El chocolate está listo para comenzar a pintar el interior de los moldes.
– Paso 3: Pintar el interior de los moldes.
Colocamos un par de cucharadas en el centro del molde y las extendemos por la base y las vamos subiendo por los bordes. Añadimos más y continuamos hasta que esté completamente cubierto. Pasamos a otro molde y luego al más pequeño. Dejamos enfriar los tres mondes de forma natural, sin meterlos en la nevera. Lo idóneo pueden ser 15º así que podemos localizar en la casa un lugar donde tengamos una temperatura similar.
En pocos minutos la fina capa de chocolate estará dura y podremos aplicar más capas.
Paso 4: Nuevas capas de chocolate.
Cuidado al añadir la siguiente capa de chocolate. Ha de ser de forma rápida y sin entretenerse insistiendo en las zonas, ya que hay que evitar que la nueva capa se funda con la primera y la arrastre. Si se hace de una sola pasada y observando no pasar el pincel varias veces por el mismo lugar no hay problema. Repetimos la operación dejando enfriar cada capa hasta que veamos que tenemos un grosor suficiente para que no se quiebre fácilmente. La referencia perfecta son los huevos de chocolate que ya conocemos.
Paso 5: Desmoldar.
Lo que más miedo me dio la primera vez que hice esta tarta fue el momento de sacar el chocolate de los moldes. Estaba convencida de que con la fuerza que estaba haciendo se iba a partir. Pero nada más lejos. En esta segunda ocasión he visto que la mejor manera de hacerlo es:
– Separando primero todo el contorno del borde.
– Tirando de las asas de molde hacia abajo como desenfundando.
– El fondo se retira luego con mucha facilidad.
Importante; Evitar tocar el exterior del chocolate para no dejar nuestras huellas. Se puede manejar desde dentro.
Paso 6: Montaje de la tarta piñata.
En la base que vamos a utilizar colocamos unas cuantas gominolas, caramelos, o lo que nos apetezca y los tapamos con el primer molde hecho en chocolate. Sobre él otro puñado de chucherías y volvemos a tapar.
Aparentemente parece que estamos ante una tarta al uso y no ante una tarta completamente hueca. Los moldes de Lékué dejan una muesca circular en la superficie de los dos primeros pisos de la tarta para que centremos perfectamente el siguiente escalón. De esta forma se consigue que quede una tarta de apariencia perfecta. El último molde, el pequeño, ya no la lleva.
Por otra parte con el buen templado del chocolate hemos conseguido un aspecto liso y brillante, muy atractivo y apetecible. Si preferís o necesitáis simplificar podéis fundir el chocolate como tengáis por costumbre, la única diferencia será que la tarta quedará mate pero el efecto piñata es el mismo.
La decoración que propone el pastelero Christian Escribà, que está detrás de esta fantástica tarta, es dibujar unos trazos de glasa de diferentes colores con la ayuda de varias mangas y una boquilla del 1 o del 2, pero podemos quedarnos en algo más fácil como unas vistosas gominolas de colores que sirvan de aperitivo a lo que esta tarta sorpresa encierra en su interior.
Risas y emociones garantizadas!!