No soy nada aventurera. Prefiero América a Asia; lo occidental a lo oriental, la civilización a la naturaleza en estado puro.
Australia antes que Africa.
Supongo que como toda regla fija lo anterior tiene una excepción. El desierto ejerce sobre mí una fuerte atracción; desde que leí “El Principito” …… hasta que encontré a “mi príncipe azul” hará unos 17 años.
Solía hablarme mucho de Argelia y del desierto. Cuando le conocí acababa de pasar un año trabajando en la embajada de España en Argel; fue una experiencia que nunca olvidó y que para él supuso sin duda un antes y un después.
No le fue difícil adaptarse a las costumbres y al modo de vida argelino y, en cuanto tuvo la ocasión, emprendió un viaje de cinco días a lo más profundo de aquel país hasta alcanzar prácticamente la frontera con Libia. Durmiendo “à la belle étoile”, viviendo con lo puesto y comiendo lo que preparaban sobre la arena Toumami y Moulay; cocinero y guía de la expedición.
No soy demasiado amiga de la comida callejera, he de confesar, así que me ha parecido todo un reto unirme a la propuesta de Juana Lizcano de La cocina de Babel, y preparar una receta que se coma “a pie de calle”. Como ella dice…. “esas comidas callejeras que nos gustan tanto, o que en el transcurso de un viaje nos llamaron la atención”.
Me siento incapaz de reproducir lo que mi intrépido “príncipe del desierto” se llevó a la boca en las dunas de Tassili N’Ajjer…. entre otras cosas… un pan cocinado bajo la arena.
Pero en mi búsqueda de comida callejera para La cocina de Babel he conseguido dar con algo que me encaja como anillo al dedo y no tanto por su forma, que también, sino por que es ese tipo de cosas que no me importa comer a pie de calle sin remilgos ni problemas.
Y de paso…. hacer un guiño a esa Argelia que nunca llegué a visitar, por circunstancias de la vida, y de la que tanto he oído hablar.
Se trata de los Sfenjs; una especie de donuts, churros, donas, buñuelos, pan dulce…. no sabría muy bien como describirlo. Son típicos de Marruecos, Argelia y Túnez; cuyo desierto si pisé….. Douz.
Viajar a Argelia resultaba complicado. En el año 1993 se vivía bajo el toque de queda, y cuando empezaron a atentar contra extranjeros… “mi intrépido” fue exhortado a abandonar el país de forma precipitada; prácticamente con lo que llevaba puesto y alguna cosa que pudo traerse… como esta pieza de cerámica, alguna alfombra, y poco más.
Sfenj procede de la palabra árabe “isfenj” que significa esponja, la jota se pronuncia como el “j” francés o la jota en catalán. Se trata de un tentempié redondo y dulce que se puede conseguir en los puestos de comida (hanout) en las ciudades. Se espolvorean con azúcar o también se toman bañados en miel caliente.
Los Sfenjyas, que son los que preparan los Sfenjs, hacen la masa de víspera para que tenga tiempo de levar y estar preparada para ser vendida en el puesto la mañana siguiente. De uno en uno, o unidos por una cuerda vegetal hecha de hojas de palmera.
Ingredientes:
– 500 cc de Harina.
– 250 cc de agua tibia.
– 1 cucharada de azúcar.
– 15 g de levadura fresca.
– 1 cucharada de sal.
– Aove para freir.
– Azúcar para espolvorear.
– Miel templada o agua de azahar (opcional).
Preparación:
Deshacemos la levadura en el agua templada, incorporamos el azúcar, la sal y finalmente la harina y bien a mano, o con la Thermomix ( vaso cerrado, vel. espiga) amasamos durante 10 minutos, hasta obtener una masa homogénea y que se pega ligeramente a los dedos.
Si observamos que está excesivamente firme añadimos un poco más de agua y seguimos amasando. La textura ha de ser algo más blanda que la de la masa de pan u otras masas similares.
Dejamos levar como mínimo dos horas; hasta que doble su volumen. Cogemos bolas pequeñas de masa y con el dedo hacemos un agujero en el medio y las vamos friendo en aceite muy caliente.
Si es necesario, nos untaremos las manos de aceite para que no se nos pegue la masa a la hora de manejarla.
El resultado es éste:
Los podemos espolvorear con azúcar, que es como a mí me gusta, pero en Argelia y Marruecos también los suelen preparar bañados en miel templada, o en agua de azahar.
De cualquiera de las formas son deliciosos. En casa los podemos hacer para desayunar o para acompañar un café como merienda.
Con las cantidades indicadas salen unos seis Sfenjs del tamaño de un donuts.
El Sfenj es crujiente por fuera y esponjoso por dentro.
No es en absoluto aceitoso como lo pudieran ser los churros, con los que se les compara en Marruecos, donde los toman para desayunar. Ni tan dulce como los buñuelos o los donuts. Es una de las delicias de la cocina de calle argelina.
Yo lo describiría como un pan para golosos, un riquísimo bollito con forma de pequeño aro para comer sin acompañar…. uno detrás de otro, sin parar!