Mira que a él le gustan los salmonetes, pero una tiende en la rutina diaria del cocinar entre semana a los pescados que le han cocinado en casa; merluza, rape (que lo llamábamos sapo), gallo, anchoas, pero nunca salmonetes.
Soy de pescadería de barrio o de mercado, la del super no me acaba, y espero turno con señoras que podrían ser mi madre o mi abuela, como el otro día, que me tiré dos horas viendo como le limpiaban a la que tenía delante más de un kilo de salmonetes de roca.
El caso es que como en toda buena pescadería, carnicería o peluquería de barrio, la conversación estaba servida. Porque las señoras no hacen como yo haría; quedarme la hora de la operación salmonete callada como una tumba mirando el show o mirando el móvil.
En estos casos se habla; se habla de la operación de cadera de la suegra, o de la vecina pedorra que por fin ha hecho la mudanza y se va a dar por el saco a otra parte.
Cualquier cosa menos el silencio. Y en ese caso no tocaba crónica de sociedad, tocaba repetir un millón y medio de veces la buenísima pinta que tenían los famosos salmonetes, lo frescos que están, y ese saborcito a mar que no hay quien lo resista…. Vamos que yo que iba a por otra cosa acabé llegando a casa con mi lote de salmonetes sin saber muy bien cómo los iba a cocinar.
Opté por pochar cebolla que es como una solución de fondo de armario. Y como tenía de la morada pues fenomenal, porque tiene su punto. Me acordé entonces de que también tenía cebolla morada de una receta anterior, la de las setas con butifarra, así que mira qué bien, cebolla morada y patata morada…. qué original oye!
Solo me quedaba empezar con la tarea de limpiar uno a uno mis preciosos salmonetes que me traje con la cabeza puesta y todo, no sé si por ahorrarme otra hora contemplado trabajar a la pescadera o por hacerles un posado bajo la torre Eiffel, porque hay que ver que cuerpazo!
Esta sartén tan “ideal de la muerte”, permitidme la expresión aplicada a una sartén y no me juzguéis como medio boba porque es que lo es, pertenece a la French Colletion de Buyer. Os lo soplo por si la queréis localizar dada la proximidad de las fiestas navideñas, por si tenéis que hacer un regalo y no se os ocurre qué.
Claro, que el regalado debería tener algo de afición por la cocina, porque si no lo mismo os da con la sartén en la cabeza…. porque lo de regalar una sartén por Navidad la verdad es que suena un poco raro.
Repasamos, que me enrollo….. cebolla morada, patata morada, limón…. estos son los ingredientes para nuestro delicioso plato de salmonetes de roca procedentes de Galicia, que por cierto están en temporada.
Ingredientes:
- Salmonetes de Roca. 3 por persona.
- Una cebolla morada.
- Medio limón.
- Una patata morada.
- Un vasito de vino blanco.
- Un poco de harina.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta.
Preparación:
- Limpiamos bien los salmonetes, dejando sólo la espina central.
- En un poco de aceite pochamos la cebolla morada cortada en aros, casi al final añadimos un poco de zumo de limón. Reservamos.
- Cocemos a parte, en un poco de agua y sal, la patata entera con su piel y la reservamos.
- Salamos y enharinamos los salmonetes y los marcamos en el aceite de la cebolla.
- Reservamos por unos minutos los salmonetes en un plato.
- Devolvemos la cebolla a la sartén y las patatas cortadas en rodajas, añadimos un poco de vino blanco, y lo ponemos a fuego medio tres minutos hasta que evapore el alcohol.
- Añadimos los salmonetes, los tenemos 3 minutos más y listo!
Esta receta de salmonetes de roca con patata morada está para chuparse los dedos uno a uno con premeditación y con pasión.
El sabor de este pescado recuerda un poco al marisco, y acompañado con la patata y la cebolla morada resulta exquisito. Una forma original de cocinar el salmonete que estoy segura os va a encantar.