- 1 litro de leche entera.
- 1 taza de arroz.
- 1 taza de azúcar.
- 1 rama de canela.
- 1 trozo de corteza de limón.
- 1 poco de agua.
- Sal.
- Fresas y menta para decorar. (Opcional)
Cuando esa leche se haya consumido por el arroz añadimos otro poco de nuevo. Cuanta leche cada vez? Pues yo diría que la cantidad suficiente para que el arroz parezca un arroz con leche caldoso. O sea poca.
Seguimos removiendo al pie del cañón; podemos poner la radio, hacer alguna una llamada pendiente con el inalámbrico, o en mi caso cotillear el facebook con el I Pad.
El proceso durará unos 50 minutos desde el momento que echamos el arroz en el cazo. Al final habremos consumido toda o casi toda la leche, así que administraros bien. Se véis que ha pasado solo un cuarto de hora y ya os estáis quedando sin leche es evidente que es porque tenéis el fuego demasiado alto. Así que chequear ésto en la primera media hora; estáis a tiempo de rectificar.
Cuando calculéis que os faltan unos diez minutos para culminar el proceso, y ya apenas o quede leche, añadís todo el azúcar de golpe y seguís removiendo.
Ya estamos acabando. La cocina huele a dulce y canela, a sabores de antaño y a mi abuela. Ahora comprobaréis que la leche ya no se consume, cocemos esos diez minutos y apartamos del fuego.
Colocamos el arroz en recipientes individuales y dejamos enfriar. Se puede tomar templado o frío. A mi no me gusta caliente, así que lo he dejado unos quince minutos y luego he decorado mi plato con las fresas del capricho.
La mezcla de sabores es deliciosa, así como el contraste de temperaturas de la fresa fría y el arroz templado.