Dedico este post a mi madre, mis hijos, mi familia y amigos, mis vecinos, allegados y conocidos que asienten muy educados, sin tener ni idea de lo que les estoy contando, cuando les digo “este fin de semana no puedo, porque tengo un blogtrip”.
Sé que parte de los que me leéis ya sabéis de qué estoy hablando, pero la gran mayoría de la gente no sabe en qué consiste ni para qué sirve un blogtrip.
Así que tomaré como pretexto el último al que fui invitada; un blogtrip es un viaje de bloggers, en el que éstos conviven durante unos días, para conocer y difundir en las redes sociales los encantos de una zona.
“Código Deontológico del Blogtripper”
Artículo 1. El volumen del equipaje del blogger ha de ser del tamaño apropiado para un fin de semana. Debiendo abstenerse de todo elemento superfluo que pueda ir en detrimento del espacio que precisan sus compañeros en el maletero.
Artículo 2. El blogger dispondrá de los cargadores precisos para sus dispositivos móviles, y a poder ser, contribuirá a la causa común con una regleta de 4 enchufes.
Artículo 3. El blogger tiene la obligación de bajar puntual a la hora del desayuno para no demorar la marcha del grupo. Si por causa mayor se retrasara, se abstendrá entonces de hacer uso del buffet como si no hubiera un mañana, limitándose a tomar el clásico desayuno continental.
Artículo 4. Se considera de mal gusto tratar de acaparar los mejores sitios del taxi. Parte delantera, o partes al abrigo del reflejo del sol.
Artículo 5. Si se precisa dormir en los trayectos de un punto a otro del blogtrip, se tendrá la deferencia de no roncar, así como de no recostarse sobre el hombro o regazo del compañero.
Artículo 6. El blogger ha de ceder el paso en el momento de tomar las fotografías en la mesa. Teniendo siempre preferencia aquel que nos sale por la derecha.
Artículo 7. Queda prohibido twittear a más de 60 tuits por hora, provocar atascos y embotellamientos.
Artículo 8. El bocado de la vergüenza, es el de la vergüenza, cédelo educadamente a tu compañero.
Artículo 9. Se recomienda calzado cómodo, los tacones son absolutamente prescindibles y no aportan ni un punto más de cobertura por mucho que nos sintamos algo más cerca de las antenas.
Artículo 10. Los blogtrip provocan un estado de euforia en el blogger al regresar a su lugar de origen. Hablar horas y horas de las maravillas del lugar visitado a todos nuestros conocidos puede provocar un efecto contrario a lo deseado, mejor dejar pasar 48 horas antes de tomar contacto con la realidad.
Mi blog trip comienza con la recepción de un e mail en el que llega la propuesta y el planning.
Tras aceptar la aventura, llegan los billetes de tren, y en mi caso la organización de la infraestructura familiar los días de mi ausencia…. junto con el diseño de planes de emergencia. Cuando me ausento de casa es cuanto todo lo que puede pasar pasa.
Este es el taxi que se desplazó a la estación de Tudela (Navarra) a donde llegamos todos en tren. El grupo lo integramos 4 chicas y 1 chico. Prueba de observación: Cuál es el equipaje de EL ?
A la hora de organizador el evento, se selecciona a un grupo de bloggers influyentes de un determinado sector; (en nuestro caso el gastronómico) atendiendo a factores como su número de seguidores en las redes sociales, los datos que arrojan las estadísticas de su propio blog…. En definitiva:”prescriptores” que creen opinión en su audiencia y cuyas recomendaciones gocen de credibilidad.
El blog trip lleva aparejado el uso de un hashtag, o sea una especie de código que representa el objetivo del viaje y que irá acompañando en todo momento las fotos y los comentarios que los participantes subamos a twittter o instagram. Agrupando así en estas redes toda la información.
Nuestro hashtag en esta ocasión era #rutagarnacha y #tarazonamonacayo.
Voy a conocer la zona de Campo de Borja, Tarazona, Moncayo… Jamás he estado en éstos lugares, pero es evidente que me estaba perdiendo algo muy bueno, de otra forma no sería objeto de promoción turística.
Hay tesoros escondidos en muchas partes de nuestra geografía, y es una fortuna ser embajadora de sitios con encanto en el mundo 2.0, el de las redes sociales, donde cada vez se encuentra más gente en busca de información gastronómica, turística y de ocio.
El blog trip es una herramienta cada vez más utilizada en nuestro sector, y con excelentes resultados, de hecho, cada vez de programan más. El blogger vive la experiencia en primera persona y luego la difunde en su comunidad. Sus informaciones son vistas por miles de personas en tiempo real, fotos, enlaces, y opiniones siempre genuinas.
Los medios de comunicación lo recogían ASI.
La #rutagarnacha dio comienzo un lluvioso sábado del mes de noviembre. Elena, Silbi, Fernando y yo misma, fuimos recibidos por Patricia Sola, que fue nuestro enlace con la organización; generalmente asociaciones de Turismo o entidades públicas.
El taxi nos dejó en la puerta del Bar Rodi en Fuendejalón. Allí nos recibía Blanca con los brazos abiertos para ofrecernos el desayuno tradicional de la zona; moscatel y magdalenas caseras. Lo más.
En su casa se produjo uno de los tópicos de todo blogtrip, el modo “me queda poca batería, tienes un enchufe?”. Ninguno de mis compañeros mutó el gesto, se saben el modelo de memoria, a lo sumo pensarían.. “pues empieza pronto”….
Pero es que la noche anterior olvidé cargar el I pad, eso sí, me pinté la uñas de un rojo garnacha que me iba fenomenal. Todo no se puede.
Tras el moscatel quetemueres, Blanca nos llevó a un lugar fantástico que nunca imaginé que pudiera existir a una hora de mi casa. En el campo de Borja, todos los vecinos cuentan con una bodega excavada en la montaña, que está hueca formando un hormiguero con estancias ancestrales, llenas de encanto y misterio. En el exterior solo se aprecia el perfil vertical de unas chimeneas que surgen como setas en el paisaje árido.
Catamos Fagus, el primer garnacha, y cuatro pares de ágiles dedos lo tuiteamos para más de diez mil personas, allí mismo, bajo tierra, al abrigo de las rocas, las barricas viejas y las brochetas de sardina y fresa, que maridaban de miedo con el vino seleccionado.
De la brocheta al taxi, y del taxi nuevamente a la mesa del bar Rodi donde degustamos dos tapas exquisitas; la tapa de bacalao a la aragonesa con ali oli suave, y turbante de ternasco de Aragón al chilindrón y vino blanco.
En ese momento se produjo la primera crisis sería del asunto cargador. Mis compañeros fueron cayendo como moscas detrás de mí, el asunto enchufe comenzaba a convertirse en un tema de primera necesitad.
No podíamos visitar el Campo de Borja sin saludar al famoso Ecce Homo, y como lo nuestro es lo gastronómico lo suyo era hacerlo con una incursión en Bodegas Aragonesas, nuestro siguiente destino.
Nos unimos a una visita de turistas que contó con una atracción inesperada; la de ver unos blogtripers al otro lado de la pantalla del móvil, que es como se nos ve habitualmente.
En la cata de garnachas fui moderada pues, aunque uno no conduzca, en un blogtrip no deja de publicar mensajes en 140 caracteres y conviene que sean rigurosos y …. decorosos.
En La Bóveda del Mercado, un restaurante situado en uno de los lugares más emblemáticos de Borja en una antigua bodega del siglo XVI entramos como un elefante en una cacharrería. Bueno, como cuatro elefantes mejor.
Llegamos algo tarde, es lógico ir acumulando cierto retraso cuando se sigue un programa en el que todo resulta la mar de interesante. Así que el restaurante ya estaba a rebosar, con los comensales centrados en la degustación de sus platos. No hubo forma por tanto de ser más discretos a la hora de repostar.
Nos lanzamos en plancha sobre todo aquello que simulaba ser un enchufe, aunque para ello fuera necesario avanzar de rodillas por debajo de las faldas de alguna mesa.
En este lugar es típica una “crepe de morcilla con salsa de paté”, y ofrecen una cocina tradicional estupenda; unas setas que te mueres, unas alcachofas fritas sublimes, o esta codorniz escabechada con pimiento y canela. Probamos también un cabrito estupendo.
Fue una comida festival que generó las consecuencias esperadas en uno de nuestros compañeros; el cual se puso a roncar, en cuanto subió al taxi de nuevo, rumbo a la almazara de Oliambel.
Le despertamos amablemente para evitar sobresaltarle, pues dormía con gesto de profunda felicidad. En ese momento debatíamos a cerca de si su estado había sido inducido por el cabrito, por la tapa de ternasco, o el garnacha del EcceHomo.
Luego comprobamos que era algo innato a su condición, pues no hubo trayecto en que no se echara su cabezadita para cargar batería también a nivel mental.
Allí participamos en una cata muy interesante comparando aove del mismo día, aove del año anterior, y aceites con defecto. Para acabar la visita descubrimos un paté de oliva intenso y exquisito. Pura aceituna; me encantó.
El color del zumo de oliva nos dejó maravillados, yo nunca lo había visto así, de un verde hierba tan puro tan intenso, tan aromático; plátano, manzana verde doncella, papilla de bebé….
Continuamos la intensa jornada dirigiéndonos hacia el encantador pueblo de Trasmoz, donde nos esperaba el quesero artesano de los quesos “El Acebo de Moncayo”.
Nuestro blogger marmota no perdió la oportunidad de echarse de nuevo otro sueñecito para luego ser el más rápido fotógrafo y twittero más dicharachero.
Los quesos estaban de muerte. Cada vez me gusta más el concepto de queso artesano, de ovejas y cabras felices que dan leche cuando les da la real gana.
Otro sueñecito y llegamos al hotel.
En Tarazona, y en su parte peatonal, el Condes de Visconti; un palacete del siglo XVI, genuino, con un patio interior renacentista que cuenta con cuatro columnas de piedra toscanas.
No sé que me pasa cuando me alojo en un hotel que lo primero que hago nada más llegar es fotografiar el cuarto de baño. Sí, es absurdo, pero cada uno tiene sus manías y esta es una de las mías.
El baño de un hotel es como el calzado de un caballero o una dama, puede revelar cosas que de otra forma pasarían inadvertidas. Este baño cumplió sobradamente con todas mis expectativas de calidad hotelera. Una hora para ducharnos rápidamente, nos espera la cena
Será en el Restaurante Saboya 21; cocina moderna y con toques vanguardistas.
Un lugar que me sorprendió su agradable decoración y por la puesta en escena de su impecable cocina.
Sobre estas líneas el cochinillo de Kataki sobre salsa de cerveza negra y abajo un postre con churros de Chordón del Moncayo y arándanos con helado de garnacha, especial para la ocasión.
Nos retiramos tarde, porque cuando nos reunimos los bloggers siempre tenemos muchas cosas que contarnos. Me quedé pensando, como siempre me pasa, qué buena idea sería volver con la familia o con amigos y verlo todo de nuevo; tranquilamente y más despacio. Volver a repetir las alcachofas de la Bóveda del Mercado y comprar algún queso; que no me dio tiempo.
Y eso que aun me faltaban una de las citas más divertidas del viaje; la visita a Susana y Curro de Mermeladas Bubub.
Mermeladas artesanas, mermelatas de autor y tematizadas. Con la mejor materia prima y exquisitas de sabor.
También tienen gelées como el de gin tonic, o el de cava y oro comestible que va fenomenal con postres y con chocolate! Nos hicieron una degustación completísima, en otro post os lo contaré con más detalle.
A continuación, nos dirigimos a la bodega Pagos de Moncayo, única bodega de “pago” en toda la #rutagarnacha, pionera en la elaboración de vinos de la variedad Syrah en la zona.
Catamos y lo contamos.
Nos acompañaron unas tapas del Parador del Bulbuente, de entre las que destacaría unas fantásticas migas que devoré sin piedad aun a sabiendas de que nos esperaba un fantástico ágape de corte palaciego.
Patricia Sola, apodada en twitter “Lady Garnacha” nuestra capitana concentrada en el vino y el en tuit. Siempre viaja acompañada de una batería portátil, no precisa enchufes, es una fuera de serie.
Nuestro último destino este palacio; en el condado de Bureta. Un lugar desconocido por muchos y que no olvidaré. Con casa rural y restaurante anexo, el Palacio de los Condes de Bureta es uno de los destinos a los que pienso regresar.
Ideal para una escapada de fin de semana, o de un puente. Lugar tranquilo, lleno de secretos escondidos, donde el mismo conde nos mostró su casa de más de 1.300 metros cuadrados repleta de tesoros y rica en documentos históricos de entre los siglos XII y XIX.
Dudo si me impresionó más el gran árbol genealógico que exhibe la casa, su mobiliario con solera e historia, sus joyas, sus vajillas, sus estancias secretas….. o las alcachofas del restaurante que comparte el mismo patio, que son un verdadero manjar.
Un final redondo para una ruta intensa, rica y completa que no defraudó y de la que regresé enamorada en mi tren de las 18.47 que me trasladaría a mi ciudad en una hora escasa, y encantada de haberte conocido #rutagarnacha #tarazonamoncayo !!