Este mes de mayo está siendo más de fresas que de flores….
Con la escasez de rayos de sol y las bajas temperaturas, mi jardín está aun vestido de marzo o de abril. Las fresas, sin embargo, no han faltado a su cita anual, y en mi casa han sido recibidas con gran alegría por parte de las chicas. Es curioso que a nosotras nos gustan los sabores dulces y a ellos los más ácidos como el limón. Una coincidencia genética muy apropiada.
Esta receta de muselina de fresa que data de no se sabe cuando, se encuentra dentro del haber culinario de una señora llamada Alia.
Alia es un nombre de origen árabe, cuya onomástica es el 1 de noviembre y que significa “aquella que es sublime y superior”.
Pero Alia, es también “la tía Alia” de mi amiga Carmen cuyo blog precisamente lleva este nombre tan peculiar que a mí ya siempre me va a sugerir ingredientes, olores, y sabores.
Llevo tiempo queriendo formar parte del “mundo Alia” y me parece fantástico estrenarme con esta propuesta que es a la vez sublime, y superior, como su dueña.
Cada primer lunes de mes Carmen nos enseña, en su blog, un recorte del gran recetario de su tía, bueno dos; uno dulce y otro salado.
Y el mundo de la blogosfera conspira para publicar el último lunes de cada mes, su versión de estas recetas. En eso consiste el juego; el reto….de Tía Alia.
Si interpretar las recetas de algún que otro libro, o de una revista, resulta a veces complicado… no os quiero contar lo que viene a ser seguir las instrucciones de la tía de Carmen!
Quizá por eso, hasta hoy no me haya lanzado. Siempre hay margen para la interpretación, y para la improvisación.
Esta vez el reto dulce me pareció no sólo fácil sino muy apetecible! Ha sido un placer cocinar con Alia. Estos postrecitos los voy a hacer muchas veces en las próximas semanas. Aunque nos acompañe la lluvia y el gris del cielo, el rosa muselina y el rojo fresa….. van a estar muy presentes en mi mesa.
Ingredientes:
– 300 g de fresones o fresas.
– 200 g de azúcar.
– 100 cc de agua.
– 500 g de nata.
Preparación:
Montamos la nata y la reservamos en un bol en la nevera. Yo lo he hecho con la Thermomix en vel 3 y medio. La nata monta muy bien si el recipiente está muy frío y además la tenemos media hora antes en el congelador. A continuación trituramos las fresas con una batidora o en la Thermomix. En ésta última a vel 5 hasta que quede un puré homogéneo y sin trocitos.
En un cazo ponemos el agua y el azúcar y dejamos que hierva y se haga almibar. Para ello, no hay que hacer nada sino esperar a que torne a un color ámbar muy claro.
Dejamos enfriar el almíbar y lo añadimos al puré de fresas.
Lo reservamos y lo llevamos a la nevera. Esperamos a que esté a temperatura similar a la de la nata y entonces mezclamos con cuidado para que no se baje y quede una textura suave.
La palabra muselina significa en cocina “puré muy fino y suave”, además de ser también una tela fina y transparente originaria de Irak.
Os prometo que me encantó esta textura, no es una mousse, es otra cosa. La tía Alia sugiere que la presentemos en unos moldes de papel, curiosa idea para un puré de fresa!!
Pero qué casualidad que tenía en casa unos ideales que le iban fenomenal; altos y duros como tarrinas de helados. Cuando los compré pensé en muffins o magdalenas, pero nunca se sabe como pueden acabar estas cosas.
A continuación indica que lo pongamos a “helar” y yo así lo hice. Claro que no señala el tiempo, así que me entró la duda. Helar querrá decir helado?? O simplemente enfriar mucho??.
El misterioso recorte nos deja una pista, pues nos propone decorar este postre coqueto con un fresón como guinda! Así que…. pensé en esperar a que alcanzara el punto idóneo para mantener la cremosidad pero aumentar la consistencia con la ayuda del frío.
Anduve sacando y metiendo uno de los vasitos hasta que hice “la prueba de la fresa” y se sostenía.
Puedo deciros que a este estadio llegué con una hora de congelador, pero que el postre no estaba para nada helado. Sí algo más sólido, pero esponjoso y tierno.
Lo probaré con otras frutas, ahora llegan las cerezas….. pues muy sencillo y fácil de preparar, y la verdad es que presentado en moldecitos de papel me encanta.
Esto último…. no se me hubiera ocurrido jamás!