Tengo la suerte de vivir cerca del lugar donde se cultiva el llamado “oro rojo”. Los Pimientos del piquillo D.O. Lodosa (Navarra), cultivados también en Mendavia, se cosechan a mano en otoño y se asan a la leña, evitando ser mojados para que el sabor y el aroma de cada uno de ellos sea de la mayor naturalidad posible. Luego se pelan a mano de forma totalmente artesanal.
En el mercado se encuentran otros pimientos del piquillo que no pertenecen a la D.O. Lodosa; los originales. Y la gran mayoría de ellos provienen de Perú. Por ello conviene buscar el sello (con una L y una P entrelazadas) que los identifica como los auténticos, porque su sabor y textura no tienen nada que ver con los de importación. En importante no caer en el error; el etiquetado en ocasiones resulta engañoso. Eso sí, y como es lógico, los pimientos del piquillo de la Rivera de Navarra son de precio superior.
La producción de Pimientos del piquillo D.O. Lodosa es pequeña porque se cultivan en unas zonas muy concretas y de pequeña dimensión. Su mejor momento es finales de octubre y principios de Noviembre. Es entonces cuando hago acopio para disponer de ellos casi todo el año.
Hace tiempo los compraba recién asados, en unos puestos en Puente la Reina, y los pelaba en casa para luego conservarlos congelados en bolsas que atesoraba y racionaba como si se tratara de sacos con monedas de oro.
Con el tiempo me he vuelto más perezosa y los compro en el supermercado, donde sólo los encuentro en estas fechas. Pero en casa los cocino siempre igual, a fuego muy lento, con ajo, y mucho mimo, removiendo. En eso si me entretengo. El resultado vale la pena.
Y aunque quizá para algunos parezca una receta muy básica, estoy segura de que los menos cocinillas no saben cómo prepararlos. Así que vamos a explicar paso a paso cómo hacer unos pimientos de piquillo y que queden deliciosos.
Ingredientes:
– 300 gramos de pimientos del Piquillo D.O. Lodosa.
– 5 dientes de ajo.
– Aceite de oliva virgen Extra.
– Sal.
Preparación:
En una sartén echamos un buen chorro de aove y ponemos a calentar. Pelamos los dientes de ajo, los picamos pequeños y los añadimos. Los dejamos unos minutos sin que lleguen a tostarse. Entonces añadimos los pimientos y los salamos en ese momento. Tapamos y bajamos a fuego mínimo. Si vemos que es necesario añadimos algo más de aceite. El caso es que queden bien empapados.
De tanto en tanto removemos y volvemos a tapar. Así hasta que veamos que han reblandecido y están más tiernos. Pueden ser de 20 a 30 minutos. Nosotros los hacemos para cenar, cuando estamos tranquilos, sin prisas. Cuando estén ya hechos veremos que han producido una salsa espesa y rojiza… una delicia.
Los podemos presentar de forma individual en cocottes, que quedan muy bien presentados y además mantendrán perfectamente su temperatura.
Hay varias recetas interesantes en las que los Pimientos del Piquillo toman un gran protagonismo;
– Quedan genial con una base de patatitas en dados en el fondo, y coronados después con una yema de huevo; pero en casa no hay quórum con lo del huevo.
– Con ventresca de bonito quedan estupendamente, y es algo rápido y fácil para improvisar. Y a falta de ventresca, bonito, pero que sea de calidad; Olasagasti, El Consorcio, Serrats….
En ambos casos ya veis que los ingredientes son de fondo de despensa. Aunque más sencillo todavía…. y para mí la mejor de todas las opciones es:
Coger tenedor, pan, y a por ellos!!