Cuando vi estas hojas de chocolate en uno de mis libros monográficos de recetas, ya sabéis que me encanta el chocolate, enseguida pensé en el acebo que tengo plantado en el jardín desde hace unos meses.
Me parecieron una idea preciosa para acompañar la copa de cava o champán en las cenas y ágapes previos a la Navidad. Nosotros ya nos hemos inaugurado a mediados de mes, cada año empezamos antes porque hay que hacer la de los amigos de aquí, la de los amigos de allí, la del trabajo….. y o nos ponemos en Noviembre o el calendario no nos da de sí.
En estos pequeños platitos de cerámica lucen espectaculares, son piezas únicas que realiza a mano Belén de Docerámica y que a mí me tienen enamorada; con estos chocolates hacen una pareja perfecta (mis hojas de acebo también son únicas y diferentes, y hechas con mucho amor y paciencia).
En el libro la receta se llamaba “hojas de muérdago” pero a mí me parece que son de acebo, ya que las del muérdago son más redondeadas y no tienen pinchos. Se trata de arbustos diferentes con frutos de color distinto; los del primero blancos y los del segundo rojos. Por eso he titulado esta receta “hojas de acebo de chocolate” porque me parecía lo justo.
Estos pequeños chocolates son verdaderamente fáciles de hacer.
SE NECESITA:
- 1 ó 2 tabletas de chocolate negro de buena calidad.
- Un cazo con agua.
- Un bol para introducir el chocolate.
- Una hoja de acetato. En tiendas especializadas de hostelería o de repostería.
- Un palito de brocheta.
PREPARACIÓN:
- Colocamos el cazo con agua, un tercio de su capacidad, a fuego medio y metemos dentro el bol con unas onzas de chocolate.
- Removemos con una cuchara de madera (mejor que metálica por que no modifica su temperatura) mientras se van deshaciendo.
- Poco a poco seguimos incorporando nuevas onzas de chocolate que van templando el chocolate fundido en el bol y así conseguimos que el proceso se realice a temperatura moderada.
- Cuando todo el chocolate está fundido sacamos el bol del interior del cazo.
- Colocamos la hoja de acetato sobre una superficie fría, como el mármol de la cocina.
- Con una pequeña cuchara vertemos 3 ó 4 círculos de chocolate sobre la hoja.
- Con ayuda del palito de brocheta extendemos el círculo hacia arriba y hacia abajo de modo que por una parte alarguemos el círculo y por otra dibujemos ya dos pinchos.
- Continuamos estirando con cuidado el chocolate formando más picos por ambos lados.
- Repetimos la operación con otros 3 ó 4 círculos hasta acabar.
- Cuando el chocolate esté seco se despega facilmente de la hoja.
CONSEJOS:
- Al colocar el acetato sobre la superficie fría aceleramos el proceso de secado del chocolate.
- Hay que esperar un par de minutos para que darle la forma con la brocheta sea más fácil.
- No hay que colocar más de 3 ó 4 círculos porque corremos el riesgo de que se vayan solidificando y sean más difíciles de manipular.
- Repartir los puntos de chocolate con suficiente distancia entre sí para que podamos dibujar los pinchos de la hoja de acebo con comodidad.
- No usar la nevera para enfriar, perjudica la durabilidad del chocolate con su brillo y su textura.
Estas originales hojas de chocolate las podemos servir con la copa de bienvenida o con los cafés, pero también se pueden colocar sobre el plato, encima de una servilleta doblada en forma rectangular y atada con un cordel.
Me parece una idea exquisita y diferente para vestir la mesa en una ocasión especial; con ese detalle de chocolate que se puede tomar o se puede reservar para el final.