No temáis a las galletas decoradas con glasa. Aquí estoy yo para explicaros el asunto de modo sencillo y muy muy facilito.
No soy un buen ejemplo en éste tema porque he tardado casi un año en lanzarme, pero una vez con las manos en la masa he descubierto que no sólo es divertido y asequible para todo el mundo, sino que además tiene algo de adictivo.
Recientemente hice un curso de galletas decoradas con glasa. Allí nos la entregaron ya cocinadas, porque no da tiempo a realizar todo el proceso desde el principio, y luego, como escolares, comenzamos a aprender a dibujar sobre ellas. Así que hasta hoy, no había hecho nunca las galletas propiamente dichas.
Son unas galletas diferentes, tienen que ser mas gruesas para soportar el peso de la glasa, muy lisas, para que ésta no se resbale… en fin, tiene su ciencia, o mejor dicho, supone un divertido reto.
Como era mi primera vez quise hacer algo muy básico, muy sencillo. No me quería complicar con un molde de un zapatito, o un bolsito, o un biberoncito. Así que utilicé un simple cortador redondo de galletas. Se trataba de conseguir la galleta, para el asunto de las formas y filigranas tengo por delante todo el tiempo del mundo!
Y se trataba también de conseguir la glasa. Que también es resultado de una ecuación con varias incógnitas; velocidad de batido, tiempo del mismo, composición del azúcar, cantidades, medidas…
Se que en éste momento ya hay más de uno tirando la toalla. No pienso dejar que se me escape ni uno de vosotros, os quiero ver a todos galleteando, así que por favor, seguid leyendo!
No es necesario que nos salgan perfectas, las mías no lo son. Sus bordes son algo irregulares, hay alguna un poquito más grande que otra, la glasa no está perfectamente dibujada dentro de la galleta… Pero qué más da! El toque de los crocs de azúcar blanco y dorado las convierten en unas galletas de fiesta, unas galletas especiales que nunca nadie ha visto jamás. Y de sabor…. deliciosas!!! O sea que vamos allá!
Ingredientes:
- 1 huevo.
- 500 g de Harina (yo Santa Rita).
- 250 de azúcar lustre. (azúcar glasé comercial)
- 250 g de mantequilla.
- 1 cucharada de esencia de vainilla.
Preparación de la masa de las galletas:
Yo la he hecho con Thermomix, pero también podéis hacerlo con una KitchenAid, o con un un bol y una batidora. Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente. Empezamos batiendo bien la mantequilla con el azúcar, hasta lograr una consistencia cremosa. Luego añadimos el huevo batido y la esencia, seguimos batiendo hasta integrar. Salamos y vamos añadiendo poco a poco la harina. Yo lo he hecho en tres veces. La masa no se nos tiene que pegar en las manos, de ser así añadid un poco más de harina, pero poco..!
Dividimos la masa en 3 partes, pues sale mucha. Tomamos una y envolvemos las otras dos en film transparente. Extendemos la masa sobre un papel sulfurizado o papel de horno, tratando de que quede de un grosor de 5 mm (a mí me han quedado más pequeñas, ejem…) y de que toda la superficie tenga ese mismo grosor para que la glasa luego no resbale. Lo hacemos con un rodillo y la masa cubierta con otro papel de horno, como si fuera un sandwich.
La refrigeramos durante al menos dos horas. Lo ideal es que nos entre la bandeja del horno dentro de la nevera. Es preferible la de alumnio pues reparte mejor el calor. Yo ésto lo hice por la noche y dejé la bandeja hasta el día siguiente. La masa endurece y se corta muy bien.
Sacamos la masa de la nevera, levantamos el papel que la cubre y vamos cortando galletas con el cortador. Con la ayuda de una espátula las levantamos y las colocamos directamente sobre la bandeja, una vez todas expuestas (con un margen de 2 cm entre cada una) las volvemos a meter en la nevera durante 15 minutos. Precalentamos el horno entre tanto y las horneamos a 180º unos 10 minutos.
Es preferible que queden blanquitas, no están poco hechas, luego endurecen al enfriar. Podemos decorarlas ya!
Para la glasa necesitamos:
- 1 Clara de huevo o 4 cucharadas de clara de huevo líquida pasteurizada.
- 250 g de azúcar lustre o azúcar glasé.
- 6 ó 7 gotas de vinagre.
Y crocs de azúcar para decorar.
Preparación de la glasa:
Batimos las claras con una batidora eléctrica utilizando su accesorio de varillas, durante al menos diez minutos, mientras se va incorporando el azúcar glass por partes. Al final añadimos las gotas de vinagre. tiene que tener una consistencia firme, que se llama “de pico duro”, parecida al merengue. La glasa se puede teñir con colorantes pero yo he preferido no complicarlo más por esta vez y dejarla en su color blanco.
Introducimos una parte de la glasa dentro de una manga pastelera desechable con la ayuda de una cuchara, y utilizaremos una boquilla de nº 2 de Wilton, y la otra parte la dejaremos en un recipiente hermético y cubierta al ras con film transparente para que no le entre nada de aire.
Las boquillas, los cortadores y las mangas desechables las he adquirido en Azúcar y Vainilla, pero en vuestras ciudades seguro que tenéis alguna tienda especializada donde lo podáis hacer, y si no os queda el remedio “on line”. Hay infinidad de tiendas donde comprar estas cosas!!
La glasa tiene que estar fría, pero no dura. Con la manga trazamos un circulo al rededor de las galletas que nos va a servir para marcar los límites de la cobertura y que no se vierta hacia los lados.
Las dejamos secar. Pueden tardar una media hora. Pasado ese tiempo incorporamos la glasa previamente diluida con unas gotas de agua, para que tenga una consistencia más suave. La aplicamos con una cuchara y la distribuímos con un palillo. Nuevamente las dejamos secar, pero cuando estén aun un poquito blandas es cuando aplicamos los crocs dorados. De esta forma quedarán adheridos a la superficie.
La galleta sobrante de los recortes la podéis volver a amasar y reutilizar siguiendo siempre los mismos pasos de estirado, enfriado, corte, enfriado, que hemos descrito. Como siempre nos va a seguir sobrando recortes, tras volver a hacer nuevas galletas, que sepáis que la masa la podéis reutilizar hasta 3 veces.
No recuerdo bien cuantas galletas me han salido. Lo cierto es que al final hice galletas con los otros dos tercios (los que os dije guardarais en film). Se pueden dejar extendidas tres masas una encima de otra en la nevera perfectamente. Y al día siguiente cortar y hornear. La masa se puede congelar pero a mi me gusta más una galleta con masa recién hecha.
Sin complicarme con caritas, niñas vestidas con traje blanco, o angelitos, creo que estas galletas son perfectas para la primera comunión de Martita, así que seguro que las repito de nuevo. Ya casi no quedan…. porque las podía haber guardado!! Una vez hechas y en una caja hermética duran 2 meses!!!
Pero ha sido imposible retener a los niños, y me he guardado alguna para regalar.
Y quien dice comunión, dice cualquier otro evento, una boda, un cumpleaños… una fiesta!! Como habéis visto no son nada difíciles de hacer, el material necesario se encuentra con facilidad y con seguir las pautas que os he dado tenéis garantía de éxito. No obstante podéis preguntarme cualquier duda a través de los coments o por e-mail. Estaré encantada de ayudaros con el “asunto galletas”!