Que en San Sebastián y alrededores se come muy bien es algo que nadie pone en duda. Subijana, Arzak, Berasategui, Aduriz, son chefs que han llevado la cocina Vasca al estrellato, evolucionando sus cartas hacia platos muy sofisticados y vanguardistas siendo referencia a nivel nacional.
Pero hay otros grandes, como Hilario Arbelaitz, que entienden la cocina desde otra perspectiva y ostentan una estrella Michelín sin necesidad de ofrecer grandes espectáculos visuales sobre la mesa, una estrella “al sabor“, que es su máxima.
Este postre, una sencilla “Tatin de manzana”, simboliza perfectamente lo que quiero decir. El plato es sencillo; liso, redondo y blanco, pero contiene una tartita de manzana de una delicadeza y sabor incomparables. Una receta tradicional llevada a su máxima expresión desde el punto de vista del paladar.
A este restaurante acuden personas de todo el mundo porque su fama trasciende más allá de nuestras fronteras. Hace unos años llegó a tener dos estrellas Michelín, pero los inspectores de la famosa guía no le perdonaron esa querencia por los platos sin atrezzos, sin doscientos ingredientes, o sus vajillas tan espartanas. Este es el plato de “tartar de atún” que se llama simplemente así, sin más discursos.
En el Restaurante se puede optar por el comedor interior; clásico, acogedor y elegante, o si el tiempo acompaña, por su agradable terraza cubierta cuya imagen encabeza este post. Cada una de estas estancias tiene su encanto particular.
El “bogavante con coliflor e hinojo” es puro sabor a mar. Perfectamente ejecutado y en armonia con el caldo que lo acompaña, es sin duda un buen homenaje y una forma de redondear una estancia en la maravillosa ciudad de San Sebastián.
El “Rodaballo asado con berberechos, salsa al “Oloroso” y jugo emulsionado.” se presenta emplatado sin grandes pretensiones, incluso la pieza de vajilla en que llega a la mesa es simple y llana.
En Zuberoa el disfrute se reserva para el momento de llevar la cuchara o el tenedor a la boca, y creedme es motivo suficiente para sus incondicionales, y para que todos aquellos que se sientan en alguna de sus codiciadas mesas, (este verano era complicado hacerse con alguna) se levanten con la sensación de acierto y satisfacción plena.