Este mes de junio Rusia está en el punto de mira; así que quizá os interese saber que el mejor restaurante de Moscú es el White Rabbit y que su chef Vladimir Mukhin es el creador de la cocina rusa más vanguardista en estos momentos.
Su restaurante está situado en la planta 16 del pasaje Smolesnski, frente al majestuoso edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores, con vistas espectaculares sobre la ciudad. Reservar una mesa para cenar en verano es un verdadero lujo si el día está despejado y se puede disfrutar de una bella puesta de sol a la vez que se comienzan a degustar los primeros entrantes.
El White Rabbit ocupa el número 23 en la lista de los 50 Best Restaurants, y aunque no podemos hablar de estrellas Michelín porque este país está fuera del circuito de países que contempla, en la prestigiosa guía francesa “Gault Millau” aparece con 17,5 puntos sobre 20 y con 4 sombreros. Esta guía, también conocida como “El libro Amarillo”, es una de las referencias más importantes en gastronomía, y a diferencia de guía Michelin sólo tiene en cuenta la calidad de la comida y no otros aspectos como la decoración, etc…
Aunque si por algo sorprende el White Rabbit es por su magnifica sala acristalada como un suntuoso invernadero que deja pasar la luz del sol o disfrutar de una noche estrellada, sus sofás como asiento principal, su cuidada gama de colores en tapicerías y cojines de terciopelo, y sus misteriosos cuadros de conejos blancos.
Sobre una mesa vestida de modo un tanto informal los camareros, ataviados con guantes blancos, van haciendo desfilar una serie de platos rusos que combinan las últimas tendencias gastronómicas con el más selecto producto local. La carta es de color gris con textura de lo que podía ser la piel de un conejo.
El ambiente tiene algo de mágico. El White Rabbit no es otro que el de la historia de Lewis Carrol, “Alicia en el País de las Maravillas” y conviene ser puntual, ya que aunque tengas reserva si no llegas en los primeros 15 minutos la pierdes. El conejo blanco ruso nos recibe con unas perlitas del codiciado caviar.
APERITIVOS
LARDO. “Coco lardo, black caviar, black bread”. Pan negro, y sobre él tiras de tocino y coco para sostener un pequeño bocado de caviar negro.
RYAZHENKA. “Swan live and pastille from rhubarb”. Foie de cisne y gelatina de ruibarbo. Se trata de una crema de foie que gratinan en el momento sobre la mesa. Se acompaña de una gelatina de jugo ruibarbo muy concentrado.
SEA SCALLOPS. “Eucalyptus, milk and milts”. Vieras de Vladivostok, vinagre de lavanda, nieve de eucaliptus y leche de ostras del mar negro.
UNI. “Sea-buckthorn”. Erizo en agua de mar con frutos salvajes de Siberia. Se hace de noche en el White Rabbit.
PLATOS PRINCIPALES
BAKED BEETROOT. “Oyster and cedar nut milk”. Flor realizada con tiras de remolacha asada en vino, con ostras y leche de cedro.
CABBAGE SOUP: “Grape leaves, tomatoes and corned pork”. El caldo está hecho con hojas de parra en lugar de repollo, como se hacía en el pasado cuando escaseaba la comida, lleva tomate y lascas de jamón.
CABAGGE PIE. “Baked cabbage and caviar”. Pastel de col asada al dente con caldo de caracoles y tres tipos de caviar.
GURIEVSKAYA PORRIDGE. “Cod, Jerusalem artichokes and tangerines.” Bacalao, alcachofas de Jerusalem y mandarina que nos exprimen en el momento.
HONEY WINE. “…and green gooseberry”. El vino de miel, o hidromiel, se hacía tradicionalmente en Rusia cuando nacía un niño, se enterraba y se bebía cuando este alcanzaba la edad de quince años. Aquí la sirven con sorbete de champán y unas grosellas autóctonas de color verde.
BARBECUE. “Lamb, nettles, gooseberries anf raspberries”. Cordero, patata cocida en caldo de gallina, paté de espinacas y frutos rojos.
LOS POSTRES
EROFEYICH. “Fried hazelnuts and polugar”. Crema de queso de cabra con salsa amarga de “polugar” (un licor ruso tradicional) y praliné de avellana.
CITRUS. Un cuenco revestido de merengue de lima con polvo haba de cacao, y que contiene yuzu, y helado de lima.
SYTA. “Baked potatoes and porcini”. Espectacular presentación para un bombón que aparece sostenido por esta figura que representa un reno. El bombón está hecho a base de patata asada, chocolate y hongos y recubierto de oro comestible. El chef recomienda comerlo sin las manos. La explicación es que las láminas de oro comestible acumulan gran electricidad estática y se quedarían pegadas a los dedos.
Al final de la cena una matrioska sobre la mesa; en su interior la factura. El menú degustación de este restaurante es de 150 € por comensal sin bebidas; muy por debajo de lo que suele resultar el ticket de un restaurante de esta categoría; partiendo de que el mejor restaurante de Moscú es el White Rabbit y por tanto podríamos decir que de toda Rusia, resulta claramente más asequible que el mejor restaurante de nuestro país.