Viajar al Delta del Ebro, un destino increíble y que tenemos bastante a mano, se ha convertido en algo de moda en este último año. Nosotros lo hicimos este otoño, a principios de octubre, de la mano de Catalunya Experience y la Agencia Catalana de Turismo. Tuvimos la oportunidad de viajar con guías locales descubriendo, en primer lugar, los preciosos rincones que de camino esconde el interior de Tarragona y que desconocía totalmente. Reconozco que me he quedado con ganas de regresar para disfrutarlo de nuevo con más tiempo y en familia.
El Delta del Ebro fue nuestro destino final pero la aventura, de este viaje organizado para foodies, comienza recorriendo algunos punto de interés localizados en el interior, hablamos de las Terres de L’Ebre. Con este nombre se denomina al territorio situado en el sur de Cataluña y formado por cuatro comarcas: Monstsìa, Baix Ebre, Terra Alta y la Ribera de L’Ebre. Las dos primeras en la costa y las otras dos en el interior.
Merece la pena realizar una ruta, combinando paisaje y experiencias gastronómicas, para conocer algunos de estos lugares tan bellos y tranquilos. Descansar y desconectar disfrutando en pequeños hoteles ecológicos, alejados del ruido y la ciudad con muchos atractivos para aquellos que buscan experiencias auténticas y en plena naturaleza. Te animas a seguir mi viaje? Apunta !
1.- Desde Tarragona se tarda poco más de una hora en llegar al pueblo de Horta de San Juan, en donde Picasso residió un tiempo. Está situado en pleno Parque Natural de Els Ports, una zona verdaderamente encantadora. El centro histórico de este pueblo, con empinadas callejuelas y casas de piedra, se considera Conjunto Histórico Artístico.
En Horta de San Joan visitamos el Molino de Indentitat Olive oil, situado en una casa del s. XIII. Desde una sala con unas vistas maravillosas catamos tres aceites; me quedo con el perfume de la variedad de empleltre. Tomad nota!
Para completar la experiencia, nos enseñaron a preparar “una Clotxa”, un pan de payés que partimos, quitamos la miga y rellenamos de sardina, tomates y ajos asados para luego regarlo con el aceite nuevo recién elaborado. Se llevaba para comer en el campo y pasar allí el día realizando las tareas propias.
2.- Desde Horta de San Joan nos acercamos al pueblo de Bot para descubrir algunos de los vinos más representativos de la zona como son los de la bodega Sant Josep Vins cuyos vinos pertenecen a la D.O. Terra Alta. Tras un paseo por el viñedo participamos en una cata de tres de sus vinos. Todo un descubrimiento su blanco “La cuarta” de garnacha blanca y con dos años en botella para conseguir una mayor expresividad.
La Garnacha blanca es la variedad local insignia. En esta bodega apuestan por un rendimiento bajo por hectárea en favor de una mayor calidad del producto. Pero su vino más icónico es “LLágrimes de tardor”, resultante de un proceso totalmente artesanos y en donde predomina la garnacha tinta. Estas uvas proceden de una selección de viñedos de más de 30 años y se unen en el coupage con mazuela, syrah y cabernet sauvingon. Se cultivan en fincas, suelos y microclimas diferentes y se vendimian a mano.
3.- Tras este aperitivo de lujo salimos hacia el bellísimo pueblo de Miravet, una visita imprescindible si estas de ruta por Tarragona. Miravet es famoso por su castillo templario del siglo IX y de origen islámico, y por el conjunto de casitas que lo acompañan al borde del meandro del rio Ebro.
Antes de acercarnos al embarcadero de Miravet desde donde se puede tomar una barca o alquilar piraguas para disfrutar de un paisaje sin igual, nos acercamos al Moli de Xim, un restaurante super recomendable de cocina tradicional a base de productos de proximidad. Platos con toques que los hacen singulares gracias a una sabia combinación de hierbas y especias en las diferentes elaboraciones y a la imaginación del chef.
Me encantó la ensalada de otoño con un aliño delicioso y la cheesecake de boniato que la volvería a repetir sin duda alguna. Comimos también un ternasco espectacular. Si buscáis un restaurante para comer bien en Miravet ese es el Molí de Xim.
Tras el café salimos hacia el embarcadero, el día no podía ser más precioso, buena temperatura y una brisa super agradable. Miravet es uno de los pueblos más bonitos de esta zona de las “Tierras del Ebro“. A lo largo de la historia ha sido enclave de diferentes culturas por su estratégica ubicación al orillas Del Río. Vale la pena subir al castillo templario y no solo visitarlo sino apreciar las maravillosas vistas desde la torre sur. Hablamos ni más ni menos que del segundo castillo románico más importante de nuestro país.
Si os animáis a subir a la iglesia vieja de Miravet, de estilo renacentista, se pueden contemplar también una preciosa panorámica de este pueblo con encanto.
4.- Reserva Natural de Sebes. Dejamos Miravet y salimos hacia Flix para visitar la Reserva Natural de Sebes. Este espacio está formado por humedales, bosques, islas fluviales y brazos de rio (galachos). Hay una gran biodiversisad; flora y fauna salvaje y realmente única. Gracias a unas pasarelas de madera perfectamente integradas en el paisaje, y muy cómodas para recorrer esta especie de oasis natural, accedemos a observatorios de cigüeñas y otras aves.
Vemos álamos, encinas, tamarindos y plantas flotantes como las lentejas de agua…. Finalmente hacen su aparición los bellos caballos autóctonos de la Camarga francesa que se acercan al visitante y se dejan acariciar. Una belleza!
Tras una preciosa puesta de sol desde la reserva natural, en donde se nos ofreció degustar la cerveza artesana que fabrican en la zona y unas cocas artesanales, salimos en dirección al pequeño pueblo de Mora d’Ebre.
Allí nos instalamos en diferentes hoteles, el mío en concreto constaba solo de 4 habitaciones y me pareció una preciosidad. Cenamos en “La Creu”, un pequeño hotel restaurante muy acoged0r, y nos retiramos pronto a descansar. Al día siguiente nos esperaban muchas más cosas por descubrir.
5.- Antes de seguir con el relato os dejo alguna imagen del hotel ecológico hotel Casa del Castell que os recomiendo por su singularidad. Se trata de un hotel que combina ecología e innovación ya que el edificio está construido bajo los estándares de Passivhaus; con dos sistemas de bajo consumo: hormigón celular y madera, que le convierten en un hotel eficiente, de diseño y respetuoso con el medio ambiente.
6.-En nuestro segundo día de ruta nos acercamos a Tivissa, en la Ribera d’Ebre, a a unos 15 km del hotel de Mora d’Ebre. Un precioso pueblo cuyo casco antiguo se abre a través de una muralla medieval con sus portales de entrada a calles y callejones estrechos y sinuosos.
Visitamos la plaza en donde se encuentra la iglesia Arciprestal de San Jaume, un impresionante templo que combina el estilo gótico, renacentista y barroco, declarada Bien Cultural de Interés Nacional.
En este pueblo tranquilo y acogedor, conocimos a Joaquín y Rosana, que nos recibieron en su obrador artesanal, Forn de pa Rosana, con más de 100 años de historia, en donde nos mostró como hacen las enseginades, un dulce típico de Terres d’ Ebre, a base de harina, huevos, azúcar y sagí (manteca). Probamos además capsetes y blaiets; una experiencia deliciosa y muy auténtica, perfecta para comenzar el día.
7.- A continuación salimos hacia la ciudad de Tortosa, la capital de la comarca del Baix Ebre, al sur de la provincia de Tarragona. Nos vamos acercando a nuestro destino final, pero aun nos quedan unas cuantas cosas interesantes por descubrir. Comenzamos la visita a la ciudad, de la mano de Njoy Catalonia, en el castillo de la Suda, en donde se ubica también el Parador y desde donde se pueden contemplar unas vistas panorámicas de la ciudad.
8.- Nos detenemos en Los Reales Colegios; el monumento renacentista más importante de Cataluña. Se construyeron en el siglo XVI con el objetivo de educar a los moriscos. Se trata de un conjunto formado por tres edificios con imponentes portadas renacentistas. El Colegio de Santiago y San Matías conserva un monumental patio cuadrado de influencia italiana, absolutamente precioso!
Continuamos nuestro paseo por la plaza de l’Absis para llegar a la plaza de la cinta y contemplar el maravilloso edificio modernista “casa Grego” obra del arquitecto Pau Monguió. En Tortosa el modernismo tuvo gran importancia a principios siglo XX impulsado por algunas familias burguesas relacionadas con la industria de la zona. También de Montguió podemos admirar la Casa Matheu, la Casa Brunet, o la Casa Camós.
8.-Acabamos nuestra visita en el Mercado Central de Tarragona. Donde puedes tapear y comprar. Nos explican la importancia del pescado en salazón para la zona, su razón de ser y su gran tradición. Finalmente degustamos elaboraciones típicas de la zona como los buñuelos de bacalao, la anguila y la mojama. Acabamos con unos pastissets y descubrimos el licor de arroz!! Qué bueno!.
9.- Restaurante Les Moles. La comida de esta jornada va a ser una comida muy especial. Catalunya Experience nos ha preparado una experiencia gastronómica magnífica en Les Moles, con una estrella Michelín, en donde el cocinero Jeroni Castell combina la cocina tradicional catalana con las técnicas gastronómicas más vanguardistas. Platos nuevos y sorprendentes, trampantojos … en definitiva auténtico play food!
Tras la formidable comida en Les Moles, de la que os hablaré en otro post, y antes de retirarnos a descansar al Parador de Tortosa, aun nos queda una visita imprescindible en esta preciosa zona del sur de Tarragona, el lugar número diez que te recomiendo visitar.
10.- Hablamos de los olivos milenarios de Ulldecona, la mayor concentración conocida de Olivos milenarios de todo el mundo.
Nada más y nada menos que 400 son los ejemplares inventariados, y dos de ellos ha sido declarados “árboles monumentales”. Después de un precioso paseo entre árboles increíbles, de hacer cientos de fotografías y disfrutar de la naturaleza como enanos, los chicos del Molí de la Creu nos ofrecen una cata de aceites que pone el broche de oro una jornada realmente inolvidable.
Si tu intención es viajar al Delta del Ebro, espero que te resulten útiles estas diez pistas y aproveches a tope la escapada. Te sorprenderá la ciudad de Tortosa, una auténtica desconocida, su cultura y sus monumentos, las tradiciones y la gastronomía de la zona, la naturaleza salvaje de las reservas y parques naturales, y disfrutarás de los productos de estas tierras, de su huerta y de sus amables gentes.
El viaje continúa, pero será en otro artículo que no debes perderte si tienes el Delta de Ebro en tu punto de mira!