El chocolate negro con sésamo tostado lo descubrí hace un par de meses. Todos los años suelo hacer algunas escapadas desde San Sebastián a Francia; básicamente para comprar quesos, mantequilla, patés y chocolates. Siempre encuentro cosas que no conozco y me apetece probar. Y eso fue lo que me sucedió con el chocolate “Lindt Excellence Noir Sésame Grillé”.
Esta marca de chocolate, al margen de alguna belga menos accesible, es mi preferida. Hay tabletas que son auténticos bombones de una sola pieza.
Con otras combinaciones ni me lo hubiera planteado, pero en este caso no dudé ni por un momento que una vez sin provisiones yo misma me fabricaría mi propio chocolate con sésamo en casa. No puede ser más fácil y francamente no he apreciado gran diferencia. Eso sí, la materia prima ha de ser buena; para fundir suelo usar Nestlé, o el de la marca blanca de Lidl que me da buenos resultados, pero no el primer chocolate para postres que caiga en mis manos, ojo!.
En casa siempre tengo el sésamo de Santa Rita, que uso para ensaladas, cuando hago pan casero para hamburguesas…. así que hoy, un día frío y tristón de enero en que no tenía demasiadas ganas de hacer plan fuera de casa, encontré el momento perfecto para llevar a cabo el experimento.
Es necesario disponer de acetato para repostería para extender la mezcla del chocolate y el sésamo. Los venden en rollos o en láminas. Si hemos templado bien el chocolate, la superficie en contacto con el plástico quedará bien brillante. El efecto es muy bonito.
Luego se puede trocear y ofrecer con el café, de postre, o empaquetar y regalar como detalle.
Necesitamos:
– Una lámina de acetato para repostería.
– Un termómetro para controlar la temperatura del chocolate.
– 1 tableta ó 2 de chocolate para postres.
– Semillas tostadas de sésamo.
Elaboración:
En un cazo ponemos agua a calentar para luego introducir un bol donde derretir el chocolate al baño María. Vamos añadiendo el chocolate en trocitos dentro del bol, reservando unas onzas para el final, y removiendo hasta que alcance los 50ª (lo controlamos con un termómetro), en ese momento sacamos el bol del cazo de agua y vertemos el chocolate fundido en otro bol frío, añadiendo además las onzas que habíamos reservado para el final.
Removemos para deshacerlas con el calor del chocolate que ya está fundido. De esta forma conseguimos bajar la temperatura del chocolate; tenemos que llegar hasta 27ª. Entonces volvemos a introducir el nuevo bol en el cazo con el agua hasta alcanzar los 31º.
A éste proceso se le llama templado del chocolate y se hace con el fin de que quede brillante. Sobre este tema ya hablamos en otro post que titulé “cómo hacer chocolatinas en casa” podéis verlo AQUI.
Retiramos así el chocolate del calor cuando haya recuperado la temperatura de 31º ( las temperaturas son orientativas no es necesario ser super exacto y además pueden variar con las marcas). Añadimos las semillas de sésamo de forma generosa, dos o tres cucharadas, a gusto, y extendemos una capa fina sobre el acetato con la ayuda de una espátula. Dejamos enfriar y luego rompemos en trozos. El chocolate y el sésamo combina de maravilla.
La propuesta es deliciosa y diferente. Para el café en una cena una idea estupenda!