El 15 de noviembre se celebra en América el día nacional del Bundt cake. He vuelto de Nueva York queriendo ser americana, y ahora que me he enterado de este asunto aun más!.
Así que me ha imaginado viviendo en Wisteria Lane y he horneado este exquisito Bundt cake de anís para compartir con mis vecinos; adoptando la personalidad de Bree Van de Kamp que por otra parte es algo con lo que ya vienen bromeado algunas de mis amigas desde hace tiempo. Si, para ellas yo soy un poco Bree.
Estoy feliz con este molde que me traje de Nueva York. Cuando lo compré, pensé que estaba haciendo una soberbia tontería ya que como todo el mundo sabe, los moldes de Nordic Ware se encuentran en todo el mundo, y parece un poco absurdo venir cargando con él desde el otro lado del océano, tratándose además de algo voluminoso y de cierto peso.
Sin embargo, ayer tarde mi amiga Isabella me comentó que había ciertos moldes que ésta marca fabricaba en exclusiva para Williams-Sonoma, que fue donde lo encontré, y que sólo se pueden adquirir en esta tienda que como os contaba el otro día tiene 600 sucursales, pero sólo en EEUU y Canadá.
Ciertamente es un molde de Bundt diferente ya en su color, que no es color aluminio sino que tiene un tono que tiende a dorado. Se llama Vaulted Dome, que significa cúpula abovedada, y en efecto si uno entra en la web de Williams-Sonoma puede leer producto en “exclusiva”.
No obstante, si alguno se encapricha de él siempre tiene la opción de la compra on line, pues esta tienda distribuye por este medio a nada menos que 75 países. Aunque supongo que los portes serán algo altos.
Inspirado en la arquitectura de las catedrales francesas, es una joya de molde que rinde homenaje al chef francés Carême, autor de “L’art de la cuisine française”. Gastrónomo, cocinero y arquitecto, trasladaba sus dibujos de arquitectura a sus pasteles de azúcar, dejando a todo el mundo asombrado.
Y así, asombrados se quedaron mis hijos ayer tarde cuando regresaron de colegio y se encontraron con esta merienda de lujo.
Se trata de un cake de mantequilla y anís, que recuerda en sus sabor a las famosas rosquillas, pero con una textura densa y agradable gracias a la mantequilla.
El espectacular aroma que invadía la casa, la visión de este bizcocho de cuento y el calor de hogar que ya se percibe cuando uno regresa del frío exterior, conformaron sin duda un momento mágico, de esos que se quedan grabados en el subconsciente infantil.
La elaboración es sencilla, y con este tipo de moldes el resultado es infalible. Es tan fácil como hacer castillos con un cubo en la arena, se vuelca el cubo y aparece el castillo.
Ingredientes:
– 225 g de harina.
– 6 huevo L.
– 3 yemas de huevo L.
– 300 g de azúcar.
– 250 g de mantequilla.
– 8 estrellas de anís.
– 1 cucharada de levadura química.
– Una pizca de sal.
– Azúcar glas.
Preparación:
En un cazo derretimos la matequilla a fuego suave y añadimos las estrellas de anís llevándolo a ebullición para que infusione. Reservamos.
En un bol, o en el vaso de la Thermomix, ponemos los huevos y las yemas con el azúcar y batimos. Seguidamente añadimos la mantequilla (colada) que nos dará el sabor especial de este bizcocho. Finalmente incorporamos la levadura y la harina en tres veces, batiendo cada vez, hasta que quede totalmente incorporada y tengamos una masa homogénea. Salamos y vertemos en el molde engrasado con mantequilla.
No os preocupéis por los recovecos. Con que la mantequilla esté blandita es suficiente para aplicarla sin problema con un pincel de cocina. Si se nos quedan trozos entre las formas y curvas no pasa nada, porque con el calor se fundirá.
En 50 minutos, a 200º en el horno, lo tendremos listo para degustar.
Lo espolvoreamos con azúcar glas y lo servimos con un chocolate calentito o con un café. Mientras planeáis vuestro viaje a EEUU, o vuestra compra del Bundt on line, podeís hacer este delicioso bizcocho de mantequilla y anís en un molde para plumcake; estará igualmente rico y podréis recrear de igual forma en vuestra casa ese momento bizcocho aromático y recién hecho que os hará levitar.