Os traigo una idea estupenda para el día de la madre. Qué tal si por una vez somos nosotras las que obsequiamos a nuestros hijos? Así…. con estos besos de chocolate!
En casa celebramos el día de la madre por imperativo escolar. Es decir, hay que abrir el regalo que los niños han hecho en el colegio para ese día tannn especial. Me parece pues de justicia corresponderles con algo elaborado también con nuestras propias manos. Pobres! se pasan horas y horas haciendo el marco, llavero, marca páginas…. qué menos!
Estos originales besos de chocolate son el producto de la nueva colección Lékué y Escribà; un nuevo concepto de pastelería lúdica para elaborar postres creativos de forma asequible y sencilla.
Antes que nada no quiero crear malos entendidos y debo aclarar que si de la primera foto alguno ha extraído que tenemos siete hijos está del todo equivocado. Con dos estoy bien servida, y además en este caso…. puedo comerme yo sola los ocho labios restantes!! (el molde es para diez) lo cual es una ventaja.
Permitidme que antes de entrar en materia explicando la técnica de preparación de estos labios tan apetitosos haga tres breves apuntes respecto al “día de” que en este caso nos ocupa.
1. Madre no hay más que una. El día de la madre, por tanto, no es el día de la suegra, ni el de la cuñada, ni el de la abuela. A ver, no nos amontonemos y que cada hijo felicite a su madre en armoniosa intimidad. Es decir, poniéndome como ejemplo para entendernos, me considero exenta de felicitar a mi hermana por el hecho de ser la madre de mi sobrino, y tú, no hace falta que lo hagas con tu compañera de trabajo aunque acabe de tener quintillizos. NO! relax.
2. Si antes comentaba que en nuestro hogar se empezó a celebrar el día de la madre cuando Alvarete cursó 1º de guardería, auguro que la costumbre finalizará en torno al bachiller o cuando los profesores de plástica lo decidan. Lo que sí estaría bien, si hay alguno entre los lectores, es que nos agasajaran con un simple, pero emocionante dibujo. Es de cajón de madera de pino que no voy a usar ese llavero gigante de fieltro y purpurina!!…. y el pobre niño se va a llevar un chasco de narices al comprobarlo.
3. En nuestra casa no es día de la madre hasta las once de la mañana. Los días festivos no madrugamos, es más, nos encanta remolonear y nos levantamos muy tarde. Y ésto es así porque yo lo digo que para eso es mi día. Hay que promover la virtud de la paciencia y enseñar a nuestros hijos que aunque su impulso sea el de irrumpir en nuestro dormitorio a las siete de la mañana con ese bello marco hecho con botones…. cada cosa en esta vida tiene su momento. Y un domingo a la siete de la mañana no es momento para nada.
Y bien… qué necesitamos para hacer las pirutelas de besos de chocolate? Bueno, digamos que lo más fácil, y para los no muy expertos en cocina, sería hacer los labios de chocolate negro.
Pero para hacer los tres colores necesitamos:
– 1/2 tableta de chocolate negro.
– 1 tableta de chocolate blanco.
– Colorante rojo (yo Wilton).
– Un termómetro para medir la temperatura.
– El molde de Lékué de Pop Kiss.
Preparación: Tenemos preparado el molde limpio y seco! el agua es enemiga del chocolate, se trata de conseguir una textura y brillo atractivos. Para ello vamos a templarlo o atemperarlo, es decir, fundirlo con cuidado de no sobrepasar una temperatura máxima, de ahí la necesidad del termómetro, y luego reducir bruscamente esa temperatura.
En el chocolate negro hablamos de fundir a 50º y bajar a 27º, en el blanco fundir a 40º y bajar a 24º. La forma ideal de hacerlo es volcándolo sobre una superficie fría, de acero, o la misma encimera de la cocina, pero antes de que salgáis huyendo de este post, os diré que hay otra forma de conseguir un resultado muy parecido.
Se trata de reservar un tercio del chocolate para añadirlo después al que acabamos de fundir y de ésta forma enfriarlo.
Así, para el chocolate negro, colocaremos un bol dentro de un cazo con agua, para preparar un baño María. Colocamos el chocolate dentro y vamos removiendo con una espátula de silicona. Cuando haya alcanzado los 50º lo apartamos e incorporamos las onzas que habíamos reservado, cuando haya bajado a 27º estará listo para depositar en los moldes.
Yo lo he hecho con la ayuda de una cucharita para no salirme del borde, pues iba a hacer diferentes tipos al mismo tiempo y quería evitar que se mezclaran los chocolates. De otra forma, se puede verter sin tanto cuidado y luego enrasar con una espátula. Damos unos golpecitos con el dedo al molde, y el chocolate se extiende y alisa solo, y al tiempo se elimina cualquier pequeña burbuja.
El rojo se consigue bañando el molde con el chocolate blanco teñido una vez lo hemos fundido, pero solo una capa, o a lo sumo dos. Lo dejamos enfriar y cuando esté firme lo rellenamos de chocolate sin tinte. Enfriamos de nuevo y cubrimos con otra capa de chocolate rojo.
Podéis hacer un beso de chocolate rojo completo, pero considero que es mucha química en un solo beso!
Si se trata de atemperar chocolate blanco el proceso es el mismo que el que hemos indicado para el negro pero como hemos apuntado subimos hasta 40º para fundir y luego bajamos a 24º añadiendo un tercio de las onzas que habremos reservado. Siempre tenemos un margen de un par de grados, cada marca de chocolate es algo distinta, así que tampoco vamos a saber si lo hacemos de forma exacta y precisa. De lo que se trata es de que el chocolate una vez vuelva a solidificar tenga un aspecto brillante y se mantenga en buenas condiciones el mayor tiempo posible.
No aconsejo enfriar en la nevera, es mejor dejarlo en temperatura ambiente hasta que solidifique. El chocolate blanco tarda un poco más. Si tenéis prisa podéis hacerlo, pero no es lo que se recomienda para conseguir un acabado perfecto y que nuestras piruetas de labios luzcan estupendas.
Desmoldar es muy fácil. Los besos salen solos… como en el día de la madre!