Lo bueno que tiene comprar el pescado en la pescadería de barrio, la carne al carnicero simpaticón que te conoce desde hace veinte años y la fruta en el frutería con frutero en el mostrador, es que además de comer producto de primerísima calidad siempre aprendes cosas nuevas. Incluso como en esta ocasión… recetas.
Si, porque ayer iba yo determinada a comprar alcachofas para hacer un risotto muy rico que he descubierto en una revista a la que estoy suscrita; “Feel Good Food”, y al final y por recomendación, en este caso de mi frutera, que es más maja que maja ella, me vine con unas habitas tiernas que según me dijo eran pura mantequilla y están en su mejor momento.
Está claro que esto no te lo dice con voz metálica el peso digital, que es tu único interlocutor en el super.
Las verduras han sido para mí, valga la comparación, como el “gin-tonic” hasta que no he sido mayorcita…. bastante mayorcita de hecho, no me han hecho tilín.
Y ahora es que me lanzo en plancha (con el gin tonic no ehh ).
Si las habitas son de temporada y están en su justo punto se deshacen en la boca y apenas se percibe su piel. Lo cierto es que tenía razón mi frutera, que en combinación con los guisantes, los ajos tiernos y la alcachofa bien marcada a la plancha conforman un plato fuera de serie; con millones de vitaminas y antioxidantes y espectacular visualmente.
Tal el es caso que no descarto repetir este fin de semana si tengo gente a comer o a cenar y presentarlo como entrante, en poca cantidad. Creo que cuando se ofrece buen material, buen producto, es muy difícil no acertar.
Ingredientes:
– Habitas tiernas.
– Guisantes frescos.
– Ajos tiernos.
– 3 ó 4 alcachofas.
– Aceite de oliva virgen extra.
– Sal.
Preparación: En una sartén antiadherente; yo he usado la Professional non-stick de BRA, ponemos un poco a aceite y salteamos las alcachofas partidas en 4 cuartos. Cuando estén tiernas y tostadas, no más de 10 minutos, incorporamos los ajos tiernos cortados en pequeños trocitos y los dejamos hacerse unos minutos más. Para acabar añadimos las habas y los guisantes. No es necesario tenerlos más de 5 minutos al fuego, ya que en esta época están muy tiernos. Aunque el punto será uno u otro según nos gusten los vegetales más hechos o más crujientes. Salamos.
Yo, ya superada la fase inicial de rechazo, y también la de aceptación en su versión tiernitas, ahora estoy ya en un nivel superior y me chiflan las verduras lo que podría decirse “al dente”.
Este plato, es una delicia que sólo podemos disfrutar unas semanas al año; cuando es la temporada de estas verduras que son un espectáculo en el plato.
No me digáis que no es fantástico abstenerse hasta el siguiente años y luego volver a cogerlas con más ganas!
Disfruto mucho de esa sensación de escasez, hoy que casi tenemos de todo a nuestro alcance, que se genera con las frutas y verduras de temporada. No veáis las ganas que tengo de que llegue el buen tomate, o las cerezas. Me van a saber a gloria.
Y como nos queda poco tiempo para seguir disfrutando de la alcachofa, que también es una flor…. (porque es una flor) y que he aprendido a querer con los años, ahora es una de las cosas que más me gusta y más presentes estos días en mi cocina.
La próxima semana os traeré esa receta de mi revista, ese risotto especial, que se quedó en segundo plano por culpa de los guisantes y las habas tiernas que brillaban como joyitas en mi frutería.