Tras unos días ausente, regreso con una deliciosa receta del libro de la famosa pastelería de Londres; Hummingbird que estoy segura que vais a adorar.
Es una tarta de queso absolutamente deliciosa y muy fácil de hacer. Estéticamente es preciosa, con sus dos líneas color moka arriba y abajo. La de abajo de galleta y la de arriba del delicioso glaseado Butterscotch, a base de mantequilla y azúcar moreno, que estoy segura vais a utilizar en más de una elaboración.
Los pliegues que veis en la crema son absolutamente intencionados. Creo que le dan un aire rústico, casero, que la convierten si cabe en aun mucho más apetecible.
Se consiguen simplemente forrando el molde con papel de horno. Es la marca de las arrugas que quedan estampadas al hornearse, con la forma que ha tomado la crema al caer.
Con las cantidades indicadas tenéis para al menos ocho raciones, así que es una estupenda tarta para ofrecer en una merienda con invitados acompañada con un café o un té.
Ingredientes:
– 12 galletas tipo Digestive.
-75 g de mantequilla.
– 700 g de queso crema.
-120 g de azúcar.
-1 cucharada de esencia de vainilla.
– 3 huevos L.
– 80 g de nueces picadas.
Para el Butterscotch:
– 60 g de mantequilla.
– 45 g de azúcar moreno.
– 2 cucharadas de leche entera.
– 120 g de azúcar glas.
– 1 cucharada de esencia de vainilla.
Preparación:
Forramos el molde con papel de horno: La parte inferior recortando un círculo, y el borde con una o dos bandas de papel de la anchura del alto del molde.
Adherimos el papel con la ayuda de un pincel ligeramente mojado en aceite.
Trituramos las galletas y les añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos hasta obtener una pasta y la colocamos bien prensada con la ayuda de una cuchara en el fondo del molde. Llevamos al frigorífico hasta que se endurezca.
Batimos el queso con el azúcar y la esencia de vainilla. Vamos agregando los huevos de uno en uno, y por último añadimos las nueces.
Vertemos sobre la base de galleta y llevamos al horno (180º y precalentado) durante 45 minutos, o hasta que la aguja salga limpia.
Para el glaseado de Butterscotch:
Ponemos la mantequilla, el azúcar moreno ( previamente pulverizado con la ayuda de un robot ), y la leche en un cazo y llevamos a ebullición. Apartamos de fuego y añadimos el azúcar glas y la esencia de vainilla.
Removemos con unas varillas hasta obtener una crema suave.
Una vez esté fria la tarta añadimos por encima este glaseado delicioso. Dejamos nuevamente enfriar, mejor incluso de un día para otro.
Desmoldamos y emplatamos. Podemos colocar unas flores de paniculata por encima para presentarla así de bonita.
Una tarta deliciosa por su cremosidad y el maravilloso sabor del butterscotch.