Atrás quedaron los tiempos en que la ensalada era mixta o completa y para sorprendernos, como con la “cesar” o “caprese”, teníamos que recurrir a la cocina internacional.
Afortunadamente, desde hace ya tiempo, hemos descubierto que el mundo de las ensaladas en un mundo sin fin; donde la combinatoria matemática nos daría resultados inimaginables si tratamos de medir todas las posibilidades a nuestro alcance. De dos elementos, de seis elementos, de diez!!
Podréis imaginar que como muchos de vosotros tengo un amplio repertorio de ensaladas, que aprovechando que entramos en el verano, os iré dando a conocer como esta ensalada de pera, Roquefort y piñones.
Ésta es una ensalada que lleva pera. Al igual que la piña o la manzana, me parece un ingrediente muy agradecido para este tipo de platos. Su dulzor y la elevada cantidad de agua que contiene, que la hace muy refrescante, la convierten en uno de mis favoritos.
Me resultó curioso cuando encontré este receta en la revista Telva, que supongo sabréis nos ofrece una colección de recetas impresionantes a lo largo de todo el año.
En un libro de magdalenas, con las que algún día me pondré, había visto las magdalenas de pera y queso roquefort, y mira por donde, me encuentro de nuevo esa combinación!
Ingredientes: (para 4 personas) 3 peras conferencia con su piel, 1 limón, 50 g de queso roquefort (yo societé) una bolsa de ensalada variada, y piñones.
Para la salsa: 3 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre balsámico de módena, 2 cucharadas de miel, 1 cucharada colmada de mostaza de Dijon, sal.
Preparación: En primer lugar lavamos y troceamos la pera con su piel, y la reservamos regada con el zumo del limón. En los vasos colocamos las hojas de la ensalada, ponemos un poco del salsa en el fondo y encima pequeños trocitos de roquefort (yo he selecciondo las partes blancas de los lados, son menos fuertes). Bañamos los piñones en la salsa y los añadimos también. Dejamos un poco de aliño a parte para que cada cual se lo sirva a su gusto.
Para obtener la salsa simplemente batimos todos los ingredientes en un pequeño bol. Si se deja unas horas estará mejor; los sabores más integrados.
Servimos con tostas, las mías son de arándanos, pero quedan bien de pasas, o lo que más os guste.
Resulta un plato fresco y distinto, si el roquefort no es de vuestro agrado lo podéis cambiar por otro queso; por ejemplo queso feta. Pero le va bien que tenga un punto fuerte para que contraste con el dulzor y suavidad de la pera.
Normalmente como la fruta pelada, pero fiel a la receta la dejé con su piel. Sorprendentemente no se nota nada, pues la sensación se pierde con la de las hojas de la ensalada, y encima es mucho más sano!
La salsa es deliciosa, la mezcla de la mostaza y la miel. Os he dejado mis proporciones, pero está claro que cada cual puede investigar y modifical la fórmula a su antojo.
Ya está aquí el verano!