Si aun no tenéis una panificadora no os preocupéis que enseguida vienen los Reyes Magos y lo solucionan todo rápidamente.
Recuerdo cuando era pequeña, hace miles de años claro, que el 8 de enero en el patio del colegio se estilaba comentar apasionadamente los regalos que habían llegado desde Oriente para toda la familia. Recuerdo también mi sonrojo cuando toda orgullosa le dije a mi mejor amiga que a mi madre Gaspar le había traído una “freidora”.
Me miró como alucinada y me dijo… pues vaya porquería de regalo! a mi madre los Reyes le han traído un collar de perlas.
Eso de la freidora sonó machista y penoso. Me quedé abochornada; no me había dado cuenta de que lo que una mamá merecía eran joyas, ropa, bolsos, perfumes… y la mía…. una freidora, y lo más raro de todo es que la recordaba super feliz.
En mi descargo hay que decir que por aquel entonces tener en casa una freidora era como tener ahora el ronner de Joan Roca o similar.
El asunto es que a mi mamá le chiflaba la cocina como a mí y Gaspar lo sabía muy bien.
Hace unos meses, y tras la insistencia de mi hermana, que no come otro pan que el que sale su venerada Panificadora de Moulinex, me hice una autoregalo; que de haber coincidido con enero (mi cumpleaños) o la Navidad, no dudéis “me lo habría pedido”.
Ahora, al ver lo que se puede hacer con ella como esta maravilla de pan que estáis viendo y cuya receta encontraréis AQUI, en el blog de Claudia & Julia, me pregunto por qué no la he tenido antes!!
Si bien reconozco que el pan del día a día lo sigo comprando en mi panadería habitual, la que huele a pan recién hecho, no por el horno que hace al momento las masas congeladas, sino porque justo detrás del mostrador tiene la zona de obrador.
Sabed que no la tengo precisamente al lado de casa, para empezar porque aunque hay muchas panaderías en la ciudad, por desgracia la mayoría no hacen el pan pan, el de toda la vida, con su proceso y su buena harina. Así que cuando no lo cojo de camino de algún recado, me voy expresamente con el coche a buscarlo.
Con esto lo que os quiero contar es que para mí es muy importante tener sobre la mesa un pan de calidad. Me encanta este VIDEO que descubrí en el blog de El Comidista en el que se hace una cata de panes de los supermercados en busca del peor pan. No tiene desperdicio, te mueres de la risa a la vez que te mueres de la pena.
Hacer pan en casa es muy gratificante, y ahora en Navidad que cuidamos más los detalles y la calidad de lo que vamos a ofrecer; unos panecillos individuales para acompañar la comida, o un pan dulce de frutas escarchadas como éste… para el desayuno de Año Nuevo, o el de Reyes, es una idea perfecta que nuestros invitados van a apreciar seguro.