Os traigo una receta especial para el “All Hallows’ Eve”, expresión de la que deriva la palabra “Halloween”, y que significa “víspera de todos los santos”. Como ya sabréis es una celebración de origen celta exportada por los irlandeses a América. Entre nosotros cada año se viene haciendo más popular y la verdad es que yo no me opongo. A los niños les encanta y se lo pasan de miedo! Este fenómeno está también presente, como no, en el ámbito gastronómico y se pueden encontrar cientos de recetas para hacer el día de Halloween.
Y en ese terreno si tengo algo que objetar… No me va lo de ser explícito y hacer dedos cortados, con salchichas y Ketchup, o cosas por el estilo. Lo cierto es que si os dais un paseito por la red se puede ver de todo!.
Soy más de muffins y cosas dulces que se prestan más a dejar volar la imaginación y decorar con motivos de lo más divertidos. O de platos más discretos como éste; ideal para una cena con amigos ambientada con velas y decorada con calabazas, que es lo que en este momento me traigo entre manos.
Unos farfalle de pasta fresca vestidos para la ocasión con elegantes rayas negras y acompañados con una salsa maravillosa, de mango y miel, que os va a encantar. Una propuesta muy sencilla que representa los colores típicos de Halloween; el negro noche y el naranja calabaza.
Ingredientes:
– Farfalle con rayas negras.
– 1 cebolleta.
-1 mango.
– 2 cucharadas de miel.
– Aove y sal.
Preparación:
En primer lugar hacemos la salsa de mango, ya que la pasta al ser fresca se prepara en dos minutos. Para ello pochamos en una sartén la cebolleta picada pequeña. Cuando esté transparente añadimos el mango y lo dejamos cocer a fuego suave hasta que esté blandito. Finalmente añadimos la miel y dejamos un par de minutos más para que ser funda e integre con el mango.
Cocemos la pasta en agua y sal y la sacamos en 6 ú 8 minutos, justo cuando esté al dente. La escurrimos y emplatamos colocando un poco de salsa y sobre ella la pasta.
Si queréis darle un toque aun más especial al plato podéis dejar caer sobre la pasta unas lascas de foie. Yo suelo tener siempre un bloc congelado, con un rallador aplicamos un poquito y conseguimos terminar una preparación con un punto más sofisticado. Se templan al momento.
La idea la tomé de mi cena en el Bulli, donde Ferrán Adría ofrecía una oblea con virutas de foie super frío que se templaba en la boca; exquisito, y sin duda un contraste fantástico para la salsa de mango y miel.